luns, 29 de decembro de 2014

Equipo.

Equipo, interesante palabra. ¿Qué es un equipo?¿Es sólo un grupo de jugadores, o es algo más?¿Qué hace a un equipo tal? Para responder a estas preguntas, sólo puedo, como buen gallego, recurrir a otra pregunta. La Pregunta.

Por suerte o por desgracia, viví la fundación de cuatro equipos, la evolución de uno ya existente y la desaparición de otro. Quizás el tamaño muestral no sea muy grande, pero lo considero, desde luego, suficiente. En todos ellos he percibido que mis impresiones eran acertadas. La Pregunta y su consiguiente respuesta lo son todo.

La mayoría de equipos aparecen cuando un grupo de personas, más o menos conocidas, deciden formar un equipo. Es habitual que se formen a partir de grupos de amigos, aunque también pueden formarse por iniciativa de jugadores veteranos que reunirán novatos para quese agrupen. Todos esos equipos nuevos empiezan torpes descoordinados, pero poco a poco van conociéndose en el campo. Los vicios, las virtudes, qué puedes pedir y qué no. Los jugadores evolucionan, dentro y fuera del campo, física y mentalmente.

Y entonces vienen los problemas.


Unos jugadores buscan en el jugger unas cosas y otros buscan otras, y eso es lógico y aceptable. El problema, claro está, es que jugadores con puntos de vista irreconciliables no van a encajar en el mismo equipo. Por eso, llegado el momento, todo equipo se hace la Pregunta: ¿Para qué queremos el equipo?

Es una pregunta muy importante, a la hora de la verdad. ¿Queremos un equipo por el postureo, o queremos salir de nuestra ciudad e ir a torneos?¿Queremos ir a los torneos a emborracharnos y conocer gente o a competir por mejorar y ganar? Todas estas opciones son plenamente legítimas, cada uno juega al jugger para lo que le apetece. Sin embargo, decidirse por una es importante, un jugador que quiera competir no va a estar a gusto en un equipo que no quiera salir de su ciudad.

En general, la Pregunta no se suele hacer una única vez. Es habitual que un equipo nuevo responda automáticamente que quiere competir, pero pasado un tiempo, es necesario volver a plantearse las cosas, con más recorrido y visión. Y, a veces, ni de ese modo se logra la cohesión deseada. Y los problemas vuelven.

La razón es muy sencilla, y se resume en una sola palabra: compromiso. Un buen jugador puede perfectamente jugar con un mal jugador, y eso entra dentro de las ambiciones de cada cual. Un jugador mejor que su equipo siempre puede esforzarse porque el resto mejore y le alcance. Sin embargo, un jugador con compromiso no suele poder jugar con un jugador sin él. Al cabo de un tiempo, y nunca excesivo, el jugador comprometido empezará a plantearse por qué está con alguien que no se compromete, por qué si él invierte tiempo y ganas en mejorar y competir otros no lo hacen. Y eso, a la larga, termina con alguien fuera del equipo.


Porque, al final, independientemente de la relación fuera del equipo que tengas con cada miembro del mismo, en el campo lo que cuenta es otra cosa. La confianza nace del compromiso, y tu confianza nace de ver a tu lado a quienes luchan tanto como tú, sean mejores o peores. La confianza nace de llenarse de barro helado en invierno y rozar la deshidratación en verano, de correr hasta la última piedra, de no darse por vencido. Nace de levantarte del suelo, con la equipación que parece de Gossenhauer, y ver a tu compañero exactamente igual. Eso es compromiso. Eso es confianza. Los lazos, comentaba hoy mismo con un gran amigo, se hacen y se deshacen, y en un deporte de equipo, los lazos se forjan en el campo. No en un chat. No en un bar con una cerveza delante. Disfruto como el que más con una cerveza de tercer tiempo, bien con jugadores de Vigo, bien con mi equipo por nuestra cuenta. Pero eso no aporta nada si no nace de un compromiso y un luchar por mejorar constante.

El esfuerzo, en jugger como en tantas cosas, es lo único que importa.

sábado, 20 de decembro de 2014

Tutorial de armas: Pompfs - Armerías Cotrozo&Cotrozo 2.0

Rebasada la Edad del PVC, y en plena Era del Bambú, procedo a dejar aquí las indicaciones generales para hacer armas según mi propio estilo y sus características.


¿Qué diferencia a mis armas de otras? Fundamentalmente, las puntas. En su momento tuve problemas de ánimas que se marcaban en la punta, de modo que soy partidario de una seguridad extra en esa zona. Mis armas han pasado, en general, en Galicia, Cantabria, Madrid y Valencia, pero eso lo quita para que tengan un cierto riesgo que corro consciente del mismo, ya explicaré cómo.

Este tutorial no es para ningún arma concreta.


En primer lugar, debemos decidir si queremos un arma ligera o pesada. Yo me inclino por las ligeras, pero hay jugadores que prefieren armas con peso. Los materiales que necesitaremos son:

-Bambú: grosor en función del peso que desees del arma, no se puede asesorar aquí el ideal, es cuestión de verlo en el momento y calcular cuanto peso ganará al acolcharlo. Debe ser, eso sí, lo más recto y lo menos cónico posible. Deberá medir algo más que el arma que utilizaremos (la mayoría de varas miden alrededor de 200cm, así que van perfectas). Al cogerlas, hay que buscar grietas, si se encuentran es mejor coger otra vara. Se venden en chinos y tiendas de jardinería.
-Corchopán: El mítico churro de piscina. Yo recomiendo el agujereado, pero haremos como si hubiésemos cogido el macizo. En caso de estar ya agujereado, el paso de agujerear el corchopán nos lo saltamos. Se venden en chinos y Decathlon.
-Bolas de gomaespuma: Deben tener aproximadamente el mismo grosor que el corchopán. Necesitaremos una por punta a acolchar. Se venden en chinos y Decathlon.
-Esterilla (OPCIONAL): Recomiendo la de fitness, que es barata, fina y fácil de manejar. Se venden en Decathlon.
-Goma EVA (OPCIONAL): En cualquier chino.
-Cinta americana: Debe tener buena trama, de modo que los cortes sean limpios. En chinos, ferreterías...
-Cinta de doble cara: En ferreterías.

Para todos los materiales, cuanto más baratos sean, peor será su calidad. No es necesario utilizar materiales que hagan que tu arma cueste 20 euros, pero si compras lo peor, será más difícil el montaje y el resultado será peor.

Dicho esto, pasemos al procedimiento general, con un pequeño anexo final:

-En un papel, dibujamos el arma. Esto nos va a ayudar a orientarnos a la hora de cortar. Deberemos tener en cuenta que la media bola que colocaremos en la punta va incluída en el tamaño máximo. Calculamos los márgenes de seguridad (yo suelo dejar 0,5-1 cm para la cinta y un total de 7-10 para el alma, nunca menos de 5).
-En función de los márgenes adoptados, cortamos el bambú y el corchopán al tamaño deseado utilizando material de corte (se puede hacer con una sierra, pero una segueta es lo mejor sin duda).
-Si el corchopán es macizo, lo cortamos a la mitad longitudinalmente. Colocamos el ánima sobre cada una de las mitades y la marcamos. Con ayuda de unas tijeras, vaciamos el corchopán hasta tener un hueco en el que quepa la mitad del ánima. Repetimos con la otra mitad. Cuando tengamos dos piezas que encajen a la perfección, utilizamos cinta de doble cara para pegar ambas mitades al ánima y entre sí, con cuidado. Como tendremos que dejar un margen en la punta, la distancia de seguridad calculada no se vacía.
-Si el corchopán está agujereado, podemos poner un par de trozos de esterilla formando anillos que hagan presión contra el corchopán. Introducimos el ánima en el agujero hasta el límite de seguridad que nos marcamos, y rellenamos el hueco con material acolchado (más corchopán, por ejemplo.
-El arma debería tener ya forma de lo que va a ser. Con un poco de cinta de doble, pegamos las medias pelotas en la punta de la zona de golpeo. En general, si las dejas se caeran, pero sólo es una medida temporal.
-Terminado el montaje básico, toca el encintado. En primer lugar, encintamos la punta. Para ello, pasamos sucesivamente capas de cinta americana sobre la misma, tapando la bola, pero sin apretarla mucho. Podemos ayudarnos haciendo cortes en los laterales para que queden algo mejor, pero esta zona siempre quedará algo arrugada. Acto seguido, procedemos a asegurar la base de la zona de golpeo. Para ello, pegaremos bandas de cinta desde la base del corchopán al ánima, con cuidado de que no quede ningún trozo al aire, sino que se pegue a toda la superficie.
-De modo opcional (yo no lo hago, por ejemplo), podemos añadir una capa de esterilla a la zona de golpeo. Para ello, recortamos una lámina del tamaño justo y, ayudándonos con un poco de cinta de doble cara, lo pegamos sobre el corchopán.
-Procedemos entonces al encintado decorativo. En función de cómo se quiera decorar, se hará de un modo u otro, pero en general las armas suelen tener una "base" de cinta monocroma vertical. Hay que tener cuidado aquí para que no queden burbujas, de modo que es recomendable poner la cintay pegarla por el centro para luego ir pegando con los dedos y con suavidad los laterales. 
-Podemos utilizar también cintas embellecedoras, bandas horizontales que eliminan el riesgo de que las bandas de cinta que empleamos no fuesen de la misma longitud.
-Si queremos añadir anillos (obligatorio para los Q-Tips en base) es tan sencillo como hacer un anillo de las dimensiones que permite u obliga en reglamento, pegarlo al arma con cinta de doble y encintar por encima.
-Si estamos fabricando un arma de pomo, podemos hacerlo con goma eva (dos vueltas y estar seguros de que no se nota el ánima) o esterilla (una vuelta y que no se note el ánima).
-Si estamos fabricando un Q-Tip, deberemos acolchar la zona de agarre, y podemos utilizar, de nuevo, goma eva o esterilla con las mismas normas. Utilizaremos cinta de doble en el ánima para que ejerza de sujeción. Al terminar, encintaremos longitudinalmente.

Debemos recordar que la goma eva es más densa que la esterilla, por lo que añadirá más peso al arma, pero también más fina, por lo que quedará razonablemente fina. También conviene recordar que la goma eva tiene muy poca elasticidad y resistencia a la tracción, por lo que si la forzamos al montar el arma se romperá.

Et voilá, ya tenemos un arma de jugger lista para la acción.


Como dato, siguiendo estrictamente el reglamento estas armas rozan la ilegalidad, dado que no tienen 6 cm en punta, debido a la semiesfera. No obstante, sí tienen una zona de golpeo de ese grosor y el mayor riesgo de las armas finas, el daño que pueden hacer, especialmente en los ojos, desaparece con la bola de gomaespuma, que es bastante más segura que las puntas cuadradas. Pocos testeadores os echarán atrás un arma así, pero pueden hacerlo si quieren.

luns, 8 de decembro de 2014

Siglas, cortijos y egos varios.

"Los romanos inventaron el fascismo. Un manojo de ramas atadas era su símbolo. Una rama puede romperse. Un manojo perdura." Adam Susan, V for Vendetta.

Los romanos no eran tontos, nunca lo fueron. Y, por eso, esta frase siempre me ha hecho pensar, no en el fascismo tal y como lo conocemos ahora, sino en el concepto original, desprovisto de nada más que la simbología del haz que resiste. Parece mentira cómo una idea tan básica puede dar lugar a ideologías tan espantosas. Sobre todo porque los romanos sabían lo que decían, al contrario que muchos que enarbolaron como mantras sus palabras.

Tengo la suerte o la desgracia de vivir en Galicia. Eso ha supuesto que, en unos meses, jugaré con mi cuarta versión del reglamento y que vivo en el ojo de una tormenta asociativa que hace menor las que se viven en otros puntos de la geografía española. Hace tiempo que quiero un espacio para explicar adecuadamente mis ideas respecto al jugger, así que me voy a permitir hacerlo aquí.

Cuando uno tiene una posición débil y debe enfrentarse a alguien más fuerte, debe tener aliados, aliados que formen contigo una unidad inquebrantable. Como en los conrois medievales, el hombre que tienes a tu lado debe estar más cerca de ti que tu esposa, más cerca que tu amante. Por eso siempre fui partidario de la unidad de la comunidad de jugger en torno a la Federación Española de Jugger, en primer término, y de las asociaciones regionales, en segundo. Cuando yo empecé a jugar, la FEJ era una especie de fantasma que flotaba sobre nosotros, pero mi referencia directa era la Asociación Galega de Jugger (AGJ).



Coincidiendo con mis primeros pinitos fuera de Vigo (Torneo Fenrir, en Coruña, MegaXove, en Ourense, y entrenamientos navideños en Madrid), la AGJ celebraba unas elecciones en las que el cargo de mayor poder (Secretario General) era disputado por dos personas: Estéfano, de Vigo, y Pamela, de Ourense. Ya por aquella época empecé a percatarme de la cantidad de mierda soterrada que había en Galicia y la gratuicidad con la que los bandos la enarbolaban para lanzarla alrededor. Yo no terminaba de entender por qué sucedía aquello, ¿acaso no buscábamos todos lo mismo?¿No queríamos todos que el jugger avanzase en Galicia?¿A qué venía ese odio descarnado? Aquellas elecciones terminó por ganarlas Pamela, quedando Estéfano como máximo representante de Vigo en la Asociación.

De un modo que nunca llegué a entender del todo, las cosas se fueron deteriorando cada vez más, hasta que Pamela no aguantó más y dimitió. Quedaba poco para el Torneo Nacional Galego, había un vacío de poder, y los que siempre habían clamado por la desarticulación de la AGJ sacaron los cuchillos. El TNG se consiguió sacar adelante a duras penas, pero fue lo único. Las voces que se alzaban de los tres núcleos fuertes (Coruña, Santiago y Vigo) fueron mayoritarias o, al menos, más ruidosas, y la AGJ se desinfló, dando paso a tres asociaciones separadas, la Asociación Coruñesa de Jugger, la Asociación Compostela Jugger y la Asociación de Jugger y Softcombat de Vigo. Eso calmó los ánimos, cierto es, porque, ¿cómo íbamos a trabajar juntos, en realidad, si éramos incapaces de mantener siquiera la cordialidad? Los puñales que los tres núcleos fuertes se intercambiaban hacían pensar que, bien éramos un deporte fuerte y asentado, bien éramos completos idiotas. Se enterró sin pena a la AGJ y cada núcleo siguió su propio camino por su cuenta.

Las ventajas de las asociaciones locales parecen evidentes: todo queda en casa, se manejan mejor ciertas cosas, los fondos no se van a otro sitio, etc. Lo que no era tan evidente, parece, eran las desventajas que esas asociaciones iban a traer, resumidas en el mero concepto de la falta de unidad. Quienes defendimos la AGJ avisamos de que, ante ciertas situaciones, el no tener un frente único nos iba a perjudicar. Yo, al menos, pensaba en la Xunta, en las diputaciones provinciales, etc. Pensaba en el TNG. Y no pensé, y debí, en la FEJ.



La FEJ es un órgano rarísimo. Nadie tiene claro cómo funciona, carece de una normativa clara. Pero es un órgano imprescindible. Es el órgano de unidad que necesita el jugger. A día de hoy, aglutina a la mayor parte de los núcleos potentes de jugger en España, edita el reglamento por el que nos regimos y es el interlocutor de Jugger España.


En la actualidad, Galicia tiene una representación heredada de la AGJ, no representativa realmente de la comunidad. Galicia no envió su propio Torneo Nacional, no envió un sólo regional, una sóla Liga, un sólo nada. Galicia existe en la FEJ, pero no existe. Y, al final, ¿quién paga eso? Nosotros. Los equipos, los jugadores. Tan sencillo como eso.

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Quisiera que esta entrada fuese, en cierto modo, un llamamiento a la cordura, a la unidad. Ni Santiago, ni Coruña ni, por supuesto, Vigo, tenemos entidad para trabajar sólos. La AGJ nunca se va a recuperar, y la hipotética Federación Galega de Jugger es algo que dudo que lleguemos a ver muchos jugadores actuales. Sin embargo, tomando la idea que algunos lanzaron al reformar la antigua web de la AGJ, una Agrupación Galega de Asociacións de Jugger sí es algo necesario. Llevo tiempo insistiéndole a mi propia Asociación de que sea la que de el paso, pero eso es lo de menos. Alguien debe darlo. Debemos sacrificarnos y trabajar con gente que no nos gusta que, al final, es el motivo de toda esta mierda. Hay que decidir de una vez si es más importante el orgullo o trabajar en pro del jugger. Porque quien considere más importante no trabajar con alguien que le cae mal que favorecer la expansión del deporte, definitivamente, no debería ocupar un puesto de responsabilidad en asociación alguna.

Hablo de Galicia, pero no hablo de Galicia. Creo que cualquiera podrá verlo claramente.

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N.d.R: La referencia inicial, insisto, es un razonamiento filosófico y, en ningún modo, político. Por si no quedaba lo suficientemente claro, vaya.

xoves, 13 de novembro de 2014

V Atun Cup.

Terminando ya con la fase histórica, llegamos al último torneo que disputó Templarios Negros: el Torneo Nacional de Madrid, la V Atun Cup.

Esta historia empezó mucho antes de la Cementery, antes incluso de la Lábaro, cuando, estando en MadriZ, me comentaron del torneo. Nos inscribimos apenas pudimos, con el reclamo de una casa en MadriZ y el torneo más grande de los disputados hasta la fecha en territorio español, pudiendo inscribir a todos los jugadores de Templarios en aquel momento (Helena, Kaín, Kroot, Pingu, Eloy, Widow y yo mismo).  No decepcionaba el torneo desde el principio, con 42 equipos no era sólo el mayor torneo que hubiese celebrado España, sino el mayor del mundo, dejando de lado el Meisterchaft alemán. Así, nos preparamos durante las semanas previas, fichando como refuerzo de calidad a Kiliak, de Trenckos, viejo conocido mío de su época en Esmorgantes.

Tras la Cementery, finalmente nos pusimos en marcha. Las ganas de torneo (y no un torneo cualquiera, era nuestro primer nacional) se palpaban, y estábamos ansiosos por llegar. Yo, particularmente, quería ver si mi equipo se adaptaba bien al ambiente de los nacionales y me moría de ganas de ver a amigos y conocidos de otros torneos, como Hidras, Hipnosapos o los remanentes de los Mighty Owl's. Tal era nuestra ansia que las horas en el tren se nos hicieron eternas antes de conseguir llegar, tras muchas horas y un cúmulo de deseos de muerte lenta y dolorosa dirigidos hacia cierto busero. Pero allí estábamos, con más de dos horas de antelación, dispuestos a participar en aquel evento. A lo largo de la tarde, los demás equipos fueron llegando con cuentagotas desde distintos puntos de la geografía española, y el pabellón fue llenándose de palos y más palos. Ya de noche, tras los testeos, comenzó la primera noche de fiesta, en la que aportamos nuestra particular ofrenda en forma de una calabaza llena de Licor Café y una garrafa de Summer Templar.

A la mañana siguiente, comenzaron los partidos. Nos había tocado un grupo duro, compuesto por Midnight Fighters, los alemanes Rigor Mortis (recien coronados campeones del mundo y primeros clasificados en el Turniere, aunque no venían a tope), Spuggers, Runaways, Bearserkers y Fruitis. A priori, el único partido en que teníamos posibilidades era el de Fruitis, mix cartagenero con Brais, de Vigo. Bearserkers, equipo con el que mantengo muy buena relación, era factible si teníamos un buen día. Finalmente, ni Midnight ni Rigor ni Spuggers nos suponían un objetivo alcanzable, por lo que aprender y disfrutar eran nuestras prioridades. Runaways, por su parte, nos eran completos desconocidos en lo referente a nivel. Así, con la cabeza puesta en el cuarto puesto, empezamos la jornada, abriendo contra Fruitis.

El primer partido fue un bofetón en la cara. A toro pasado, no creo que tuviesen más nivel que nosotros, pero en cambio sí jugaron mucho mejor. Salimos completamente aplatanados y, cuando quisimos reaccionar, ya era tarde y nos habíamos fumado una derrota francamente dolorosa. Si el partido más asequible lo perdíamos, ¿qué haríamos contra el resto? Pues perder. Nuestro juego fue mejorando, pero ya era en vano, y eso no valía contra Midnight ni Spuggers. Bearserkers, por su parte, me impresionaron, pues demostraron un nivel superior al que les conocía que me hizo sentirme realmente orgulloso de ellos. El de Rigor Mortis fue un partido divertidísimo de jugar. Nos violaron (fue el único partido en que no anotamos), pero los alemanes nos lo hicieron pasar tan bien que muchos lo consideramos el mejor partido que jugamos nunca.  El estilo alemán es muy de mi gusto, con armas largas y movimientos muy espectaculares, pero verlo desde fuera no es comparable a verlo desde dentro. Una gozada, vamos.  Para terminar, Runaways, ya casi de noche, agotados y moralmente muy tocados. Íbamos con miedo, porque conocíamos las quejas respecto al juego sucio de Runaways, pero la verdad es que nos sorprendieron con un partido limpio y entretenido, con un buen rollo tal que, al día siguiente, Kaín jugó con ellos parte del torneo.




Como últimos clasificados, al día siguiente nos tocaba disputar un partido eliminatorio contra un sexto clasificado. El que ganase, jugaría el resto del día, el que perdiese, se iría para casa. Nuestro rival era Tsuruchi Samurais, en cuyas filas estaba adoptada Irene, otra viguesa. El partido fue igualado (detalle que me alegra, dado que tenían a varios ex Tercios B), pero casi al final, estando por debajo, cometí un error de cálculo al suicidarme contra su cadena, le di una piedra de menos a mi corredor, lo que le impidió marcar el punto y nos puso imposible conseguir forzar el jugg de oro. Nos despedíamos así de nuestro primer nacional con un pleno de derrotas y un sabor amargo en la boca.

En el plano estrictamente deportivo, la Atun no fue tan mal torneo como los resultados anuncian. Somos un equipo joven, con jugadores que nunca llegamos a salir del nivel bajo en una comunidad sin demasiado nivel de por sí, y contábamos con tener un resultado mediocre. A pesar de ello, este torneo puso de manifiesto muchas de nuestras carencias, algunas de las cuales pudimos ir solucionando sobre la marcha, mientras que otras quedaron en el tintero. Personalmente, tuve un torneo pésimo, arrastrando la desazón de torneos anteriores, que terminó en un cambio de arma, dejando, creo que para siempre, el N-Tip.  Fuera del campo, no obstante, aunque aún en el ámbito deportivo, este torneo sirvió para unir e integrar mucho más al equipo. Procuramos que, aparte de compañeros, todos seamos amigos, y la Atun fue el momento en que esos lazos, esos apoyos, se hicieron tangibles. Si cae uno, caemos todos, y no se dejó caer a nadie.

A nivel personal, ¿qué decir? Los torneos de jugger son otro rollo. Ya es casi un año viviéndolos, y no hay nada que se le compare. La posibilidad de ver de nuevo a viejos amigos, especialmente de la Summer (de la Lábaro venían menos), a ex compañeros de equipo, de conocer nuevos jugadores, todo eso hizo especial a la Atun. Mención especial a los alemanes de Rigor Mortis y Zonenkinder (adoptados por Valar) que estuvieron por las noches con nosotros, cuyo sentido del humor, afición por beber y simpatía nos marcaron a todos, mención aparte de un gesto de deportividad de cierto jugador alemán que me siento agradecido de haber podido presenciar.

Lo peor de la Atun fue no ser capaces de dar nuestro máximo cuando darlo era necesario. Lo mejor, sin duda, que todos terminamos el torneo deseando resarcirnos en la Winter. Durante la noche del Domingo y el viaje del Lunes, nos animamos mutuamente y, donde en otros tiempos habría anidado la desesperación, sólo había determinación.

Como Bonus Track, una pequeña anécdota: en este torneo se oficializó (con gran éxito de crítica) el grito de guerra de Templarios, que da nombre a este blog: ¿Qué se hace con las brujas?¡Quemarlas!¡Y qué se quema, aparte de las brujas?¡Más brujas!¡Vamos, Templarios!¡Vamos!. Buena parte de la ronquera galopante con la que volví se la debo a este grito.
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Con esta crónica termina la historia de Templarios Negros. El resto está aún en proceso de acontecer, y lo iré narrando a medida que suceda. A día de hoy, Templarios sigue entrenando duro, con un nuevo fichaje (Porta), con la mirada puesta en los tres próximos torneos en los que espera participar: la III Liga de Vigo, el II Torneo Fenrir y la III Winter Cup. Lamento la brasaza y espero que esta historia te haya gustado tanto como me gustó a mí vivirla.

sábado, 8 de novembro de 2014

La vuelta al cole: II Cementery Cup.

En esta entrada, voy a hacer una serie de omisiones a hechos que ocurrieron durante el torneo y que, en definitiva, supusieron que no fuese precisamente algo para recordar. Queda avisado de antemano. Quien tenga curiosidad, puede preguntarme directamente, si le apetece, y yo veré si me apetece contárselo o no. Allá vamos.


Llegó Septiembre y, con él, el esperado reencuentro. Pronto estuvimos todos ya en Vigo, y sólo nos faltaba Helena, nuestra Mariscala, que se había trasladado a Coruña. Mientras nos organizábamos para la V Atun Cup, en la que ya nos habíamos inscrito, Santiago convocó la II Cementery Cup. Hubo algunas discusiones respecto a jugar en Bonaval, en un cementerio, algo que a mí siempre me pareció super épico, pero a pesar de ello, se mantuvo la elección. Con la Atun tan cerca, no conseguimos mover gente suficiente, de modo que Helena y yo fuimos los únicos Templarios en el torneo. Habiendo recibido ofertas de Ghost Division y Blood Axes (un mix de frees), nos decantamos por los últimos, formando equipo con Hans y Raposín, de Ragnarök, Miguel, un chaval de Coruña, Freaky, de EFS, y Jessi, que ya jugara con nosotros el Rianxeira. Conformaban nuestro grupo Ethereal Soul, de Vigo, Corvos y Geek and Destroy, de Coruña.

A pesar de las ganas que tenía, estaba acojonado de romper. Y no sólo, dos días antes, estando mis padres de visita, por poco nos la pegamos con el coche, y no parecía que fuese a arreglarse rápido. Todas esas cosas se iban sumando y no parecía que fuese a poder acudir. No obstante, finalmente todo se arregló, me atreví a pesar de tener enseguida la Atun, y el Domingo pusimos rumbo a Santiago. Finalmente no jugaríamos en el Bonaval, sino en el mismo campo que la Xabaril, lo cual me dio pena a mí y creo que a nadie más.

Tras la llegada, abrazos y reencuentros con mi capitana, armas que no pasaban y terminaron por pasar y, en fin, todo eso que sucede al principio de cualquier torneo. Y, de pronto, a jugar. Abríamos contra Geek, consiguiendo imponernos con tranquilidad, pues salimos bastante prendidos y ello estaban fríos aún. Tras esto, jugamos contra Ethereal Soul, con una cómoda victoria y un partido de muy buen rollo. Cerramos el grupo contra Corvos, perdiendo de bastante. Los coruñeses no es sólo que sean buenos de por sí y tuviesen buenos frees, es que iban motivadísimos, y cuando Corvos se pone, se pone de verdad. Quedábamos entonces de segundos de grupo, y eso significaba que nos tocaba jugar contra The High Codex, mix de los equipos santiagueses Codex y THC los cuartos de final.

El partido contra THC fue muchas cosas, pero bonito, desde luego, no. Movidas, discusiones arbitrales eternas... nunca soporté especialmente esos partidos en los que, entre puntos, pasan cinco minutos de discusiones con los árbitros. Al final, nos llevamos el partido y a semis, donde Trenckos nos esperaba.

Trenckos es... Trenckos. ¿Qué voy a decir de ellos? Se reforzaron muy bien en verano, y consiguieron dominar el que estaba siendo su mayor problema: la falta de confianza ante la adversidad. Su partido contra Northwest Wolves, en que empezaron perdiendo de bastante para terminar ganando les había dado confianza, iban con una motivación impresionante. Nosotros, por nuestra parte, empezábamos a notar el cansancio, y su empuje nos pilló por sorpresa. Merecidísima victoria de los de verde, que pasaban a la final, que disputarían contra Corvos, mientras que nosotros disputaríamos el tercer y cuarto puesto contra Geek and Destroy.

El partido de Geek fue... bueno, no fue bonito tampoco. En primer lugar, porque Geek llevaba consigo a Corvos&Co que les animaron todo el partido, algo que nos comió mucho la moral. En segundo lugar, porque fue, a diferencia del primer partido contra ellos, algo más del estilo del partido contra THC, con quejas y reclamaciones continuas. A pesar de ello, nada justifica el modo en que salimos, confiados en que Geek iban a ser los mismos de la mañana. Fue un error enorme por nuestra parte, dado que, si nosotros habíamos ido perdiendo fuelle a lo largo del día, a Geek le había sucedido lo contrario, y ahora venían en la llama, decididos a ganar el partido. A pesar de ello, fue un partido ajustado, pero terminaron por llevárselo, dejándonos a nosotros el cuarto puesto.


La final, por su parte, se la llevaron unos enormes Corvos en un partido intenso, con puntazos increíbles, en el cual los hooligans (que no merecíamos otro calificativo) de Corvos y Trenckos nos dejamos la voz animándoles y caldeando el ambiente. Una final digna de la de un Nacional en cuanto a ambiente.

Volvimos, pues, a casa, con un regusto agridulce, como dije (más dulce que agri, ¿qué carallo? Era un torneo de jugger, con eso nos sobraba). Pero no había mucho tiempo para quejas ni lamentaciones, pues menos de una semana después cogeríamos el tren que nos llevaría hasta Madrid, para disputar el torneo más grande de cuantos se disputaron hasta la fecha en España: la V Atun Cup.

mércores, 5 de novembro de 2014

El largo verano, parte 2.

Llegaba Agosto, y con él, el II Torneo Rianxeira. Como ya dije, Widow, Kroot y yo lo veríamos desde la barrera pero, en el último momento, Pingu también se cayó, esta vez por lesión. Así pues, la plantilla quedaba configurada con Helena, Kaín, Sapoconcho y los cuatro freelances, Muro, Abel, y Christian, de Northwest Wolves, y Jessi, ex Celtic Avenger, ahora jugadora de Trenckos, a petición de los cuales se mantuvo el nombre, a pesar de la escasez de jugadores del equipo.

El torneo tuvo muchos problemas organizativos que no entraré a valorar, dado que ni me compete ni estaba allí para sufrirlos, pero a grandes rasgos supusieron la descalificación de los vigueses Valar Morghulis. Ciñéndonos a los propios partidos, Templarios ganó por un punto a Trenckos, perdiendo contra Ragnarök, y en segunda ronda ganó el partido correspondiente a Valar Morghulis por incomparecencia, perdiendo el restante contra CJ. En la clasificatoria, se impusieron a los santiagueses Ghost Division, perdiendo de nuevo contra CJ en cuartos de final. Al carecer de tiempo, el partido por el tercer y cuarto puesto no se jugó, quedando por jugg average terceros los coruñeses Geek and Destroy y obteniendo la cuarta posición Templarios. Como en el caso del TNG, no puedo valorar mucho más y, quizás, en un futuro algún jugador implicado sí lo cuente de un modo más personal. Termino dejando la foto de familia del torneo, con un enorme agradecimiento a los frees por jugar con nosotros.

Kaín, Sapoconcho y Helena con Muro, Jessi, Abel y el siempre sonriente Christian.

Siguiendo el mes de Agosto, llegó la veintena y, con ella, la Lábaro Cup. Pingu desde Vigo y yo desde Madrid, via Aste Nagusia (Semana Grande de Bilbao), nos plantamos en Santander, donde fuimos recibidos por los Mighty Owl's. Nos unimos allí a Furby, de Geek and Destroy, que jugaría con nosotros el torneo. Deberíamos haber contado también con Ferre, pero a última hora no pudo acudir, debiendo encontrarle un sustituto de última hora.

El Ferrestituto, descansando de su dura jornada.



Desde el primer momento, quedó claro que aquello no era la Summer Cup, resultando más un torneo del tamaño de un regional grande. A pesar de todo, había jugadores de muchos lugares de España, y la organización, a un desorientado novato, le pareció excelente, incluyendo el magnífico detalle de agenciarnos las colchonetas del pabellón para dormir. El sistema de torneo era novedoso para mí, más estilo King of the Hill: los partidos no eran fijos, sino que venían determinados por la clasificación instantánea, calculada en función de los resultados cosechados. Así, cuantos más partidos ganaba uno, mejor era su clasificación, y mejores equipos encontraba enfrente.

 El Sábado nos tocó jugar contra Alas Armas, mix de frees que incluía buenos amigos, a quienes nos impusimos, Hellfish, potente equipo cántabro contra el que caímos (siempre la misma jugada, nos rompían la cintura en velocidad), Jugger Valladolid, con los que trabamos buena relación, y a los que ganamos, Galos, mix cántabro a quienes nos impusimos, pero contra los que perdimos por permitir jugar a una jugadora sin darnos cuenta de que no estaba inscrita, Silvanos, también cántabros, que nos dieron un partido vibrante y bonito de jugar, que terminamos por perder tras tener la victoria en la mano, y Levante Team, mix valencialicantinomurciano que... bueno, nos divertimos contra ellos, a pesar de la derrota. Este día me dejó el sabor amargo de haber perdido un partido por un tecnicismo y de haber dejado escapar uno en que íbamos por delante por no saber aguantar a un equipo que daba el arreón final.

El Domingo, dado que quedábamos fuera de las eliminatorias, compuesto por dos tríos de equipos. En el nuestro estaban los salmantinos Huestes de Odín, reforzados por Muro, Borja y Kay, de Northwest Wolves, y Jugger Valladolid. Perdimos contra los primeros y sufrimos contra los segundos, que nos lo hicieron pasar francamente mal, hasta el punto de llegar a las últimas ocho piedras empatados, y conmigo jugando de corredor. Para el último punto sólo restaba aguantar, así que salí a cazar. Conseguimos aguantar, pero yo me esguincé el dedo cuando el lanzamiento del cadenero de los pucelanos hizo que mi arma hiciese un extraño y me empujase el pulgar hacia atrás.

Al final, noveno puesto y una experiencia realmente divertida. No puedo sino agradecer (mis últimas entradas parecen series de agradecimientos) a Mighty Owl's (Nani, Yai, Salas, Carmen, Furby y Ferre (ausente de cuerpo, presente de espíritu y whatsapp)) el acogernos a Pingu y a mí para este torneo, así como a los que jugaron con nosotros de frees para tapar nuestras bajas (Zurdo, Muro, Ronin y Auro) por permitirnos seguir adelante.





Al final, noveno puesto, experiencia y más amigos en la mochila. Y mono, mucho mono que se enfocaba esta vez al siguiente torneo en el horizonte: la V Atun Cup. Pero antes debíamos volver a Vigo, vuelta que se antojaba realmente controvertida, con nuestra capitana en el exilio, una plantilla incompleta y un rosario de lesiones varias que no dejaban de acumularse. Pero esa, como se suele decir, es otra historia.

martes, 4 de novembro de 2014

El largo verano, parte I.

Vamos acercándonos al final de esta fase de contar historietas, con una pequeña entrada acerca del verano de 2014.

Allá por Abril, nos habíamos marcado un objetivo. En aquel momento, estaban convocados, antes del primer aniversario del equipo, tres torneos nacionales, la Spring Cup, en Alicante, el TNG, en Santiago, y la Summer Cup, en Valencia. Habíamos acordado asistir a uno e intentar acudir a un segundo nacional. Tanto por la cercanía como por la incomodidad (Templarios es un equipo mayoritariamente universitario), la Spring quedaba completamente descartada. El TNG parecía obvio, así que la única duda parecía ser si acudiríamos o no a la Summer.

Sin embargo, en aquel momento, anunciaron las fechas del TNG, a finales de Junio. Como ya dije, Templarios es un equipo mayoritariamente universitario, y eso se puede resumir en exámenes de Julio. El TNG quedaba, pues, completamente fuera de nuestros planes como equipo. Por suerte, no todos quedaban fuera: Helena y Kaín fueron fichados por los santiagueses de Ghost Division, pudiendo así disputar el torneo, y convirtiéndose en los primeros Templarios en debutar en un Nacional, quedando clasificados en la posición 19. Me gustaría contar más, pero eso ya es cosa de los protagonistas, si lo desean.



Tras los exámenes, llegaba la Summer. Esta vez, fue la lejanía y el dinero lo que nos impidió acudir como equipo, y sólo Kroot y yo parecíamos poder ir. El objetivo marcado en Abril se iba al garete, pero pretendíamos forzarlo al límite, para sacar el máximo. En principio, acudiríamos con los vigueses Trenckos pero, tras no reunir gente suficiente, el proyecto se disolvió. Ferre y Zurdo irían con los ilerdenses Eternal Fire Shinigami, mientras Celia y yo quedamos descolgados. Debido a la falta de comunicación con los murcianos, Kroot, el que más cerca estaba del torneo, no acudió finalmente. Así pues, Ce y yo nos pusimos a buscar equipo juntos. Tras tantear a varios equipos gallegos, terminamos siendo aceptados por Hidras, de Murcia. Y así, desde Vigo ella y desde Madrid yo, nos encaminamos a Valencia. Una vez allí (en mi caso, tras un día de conocer la ciudad, acompañado de mi amiga Martina (¡Hola, Martina, estoy en un blog!)), fuimos recibidos por los Hidras que, desde el primer momento, nos trataron genial. La verdad es que estaba acojonado, era mi primer nacional, no conocía a casi nadie, y para redondear, hacía un calor de narices.

El torneo en sí fue un desastre para mí. Venía ya tocado, pero el calor y las ansias de estar a la altura no me ayudaron, precisamente, y me rompí aún más. Tanto, de hecho, que mi Tamytana no me dejó jugar el último partido, y me obligó a darme una ducha. Volví a jugar al día siguiente, en un partido que terminé casi llorando, tras jugar mi último punto (a mitad del partido) y llegar al cadenero de Feedbacks arrastrando la pierna. Para que os hagáis una idea, la frase "no puedo cojear de los dos pies" fue acuñada en este torneo, cuando Mike me preguntó si estaba mejor, porque ya no cojeaba.

A pesar de todo, fue una gran experiencia. Fue mi primer torneo grande, conocí a mucha gente, me llevé muchas anécdotas (que, quizás, relataré más adelante) y, en definitiva, me lo pasé como un enano. Aprovecho para dar la primera tanda de agradecimientos a Tamy, Arturo, Laura, Tyfo, Maribel, Álvaro y Fauces por acogernos a Ce y a mí, a la propia Celia, por conseguirnos equipo, y a Mike por salvarme la vida el sábado obligándome a darme una ducha fría cuando el calor estaba machacándome. También a Martina y a Marta y su familia, por venir a verme durante el torneo, a pesar de que el calor no invitaba a ello. Fue un verdadero placer.


Pasada la Summer, me merecía un descansito. Kroot estaba entrenando en Cartagena, Widow estaba bloqueada en Ponferrada, y el resto seguían entrenando en Vigo. Yo podía entrenar en Madrid, así que, a pesar de merecerme el descanso, no me lo tomé, y seguí entrenando un par de días por semana. Y, así, la leyenda de Pablo "MeHeRompidoOtraVez" atravesó el Telón de Grelos para llegar a Madrid. En estos días, se anunciaron dos nuevos torneos, el II Torneo Rianxeira, Regional de Galicia organizado en Vigo, y la I Lábaro Cup, Nacional de Cantabria. Privados de Widow, Kroot y de mí mismo, Templarios reunió un buen grupo de freelances (Muro, Jessi, Abel y Christian) para jugar el Rianxeira. Intentamos movernos para jugar la Lábaro Cup, pero tampoco fue posible, así que Pingu y yo fuimos los únicos que nos movimos a Santander, donde fuimos adoptados por los locales Mighty Owl's.

To be continued...

martes, 28 de outubro de 2014

Primavera trompetera.

Tras la Xabaril, comenzó una larga época sin competir, que duraría, en algunos casos, hasta Octubre de 2014, salvando las dos jornadas restantes de la Liga. Sin embargo, esta época fue importante desde un punto de vista meramente organizativo, un descanso que nos vino realmente bien. Durante estos meses, diseñamos el nuevo escudo del equipo y las equipaciones que lucimos. También tuvimos que decir adiós a Christian, nuestro cadenero, que no podía compaginar sus múltiples obligaciones con el equipo. Sin embargo, su salida no fue nada comparada con la de Didak, tan súbita y por sorpresa que tardamos en asimilarlo del todo. Uno de nuestros mejores pompfers, fundador y jugador comprometido, su marcha nos dejó realmente tocados anímicamente.




Sin embargo, si fue esta una época de despedidas, también lo fue de bienvenidas. Tras las primeras quemas, Templarios había decidido no volver a permitir una salvajada como nuestra primera plantilla, de modo que establecimos que, salvo casos excepcionales de necesidad o conocimiento previo, todo fichaje debía pasar un mes de prueba. Admitimos por aquel entonces a tres novicios, Brea, Noceda y Widow. Los dos primeros no terminaron de pasar de fase, pero sí lo hizo Widow, que se convirtió en nuestra primera cadenera. Así, la plantilla quedó con la configuración que tiene (por el momento) en el momento de escribir estas líneas. A pesar de ello, Widow no pudo debutar con nosotros hasta mucho más tarde, debido a una serie de problemas ajenos a nuestra voluntad.

Perezosos, los días se deslizaron hasta que llegó Junio, y con él, la segunda jornada de la Liga. Nos tocaba jugar contra Trenckos y Celtic Avengers, y teníamos unas ganas locas de hacerlo, algo que se notó en el primer partido, con una primera parte de aguantar bien a Trenckos. La segunda parte nos derrumbamos, no obstante, y terminamos perdiendo por paliza. Mejor nos fue contra un Celtic muy mermado y sin cambios, y nos llevamos el partido. Jornada de muy buen rollo, en la que conocimos al socio nº1 del club, Enzo.




Ese día, a pesar de todo, fue un día triste para Templarios. Kroot y yo nos marchábamos todo el verano fuera, como ya hiciera Widow antes, y eso nos suponía despedirnos sine die de nuestra Mariscala, que en Septiembre se trasladaría a Coruña. El verano sería productivo, para unos más que para otros, pero todo habría de ser por nuestra cuenta. Pasarían meses antes de que una imagen como la anterior pudiese volver a verse.

domingo, 26 de outubro de 2014

I Xabaril Cup.

Si recordamos, dejamos a unos Templarios que daban poco menos que pena, finalizado el Fenrir, con dudas bastante serias acerca de la idoneidad de continuar con el proyecto o dejarlo caer y buscarnos la vida separados. Por suerte, decidimos seguir entrenando. Por no tanta suerte, se nos echaba encima Diciembre, y eso significaba exámenes y fiestas con parte del equipo fuera. Esto supuso que no empezásemos a ponernos realmente serios hasta Enero. Tras las fiestas, llegó nuestro segundo "torneo" oficial, la II Liga de Vigo. Digo "torneo" porque sigo considerando que una Liga de 4 equipos es poco más que un entrenamiento un poco más serio, pero aún así nos inscribimos, considerando que mal no nos iba a venir. En la primera jornada nos enfrentamos a Valar Morghulis y Trenckos, llevándonos soberanas palizas, lo que sumado al incidente de Sombra, jugador de Celtic Avengers que se lesionó de gravedad en la rodilla, hizo que la jornada no fuese especialmente agradable. Aún así, ese día fue importante en otro sentido. Óscar, aún capitán, inscrito en la Liga y que había jurado que vendría, nos dejó tirados, lo que supuso la gota que colmaba el vaso. Bastante molestos con el asunto, nos pusimos serios con él (lo que, cariñosamente, denominamos en Templarios "prender fuego bajo sus pies"), pero esta vez, Óscar no reaccionó prometiendo tomárselo en serio. Dejó la capitanía y el equipo, todo de una, quedándonos de pronto sin mando ni guía. Votados los capitanes, salió elegida Helena, tras la renuncia de Didak. Y esa, damas y caballeros, es la mejor decisión que tomó jamás Templarios, así que me voy a permitir un párrafo aparte antes de ir al asunto de esta entrada.


Helena tiene muchos defectos. Muchos. Como cualquiera. Tiene sus vicios, sus virtudes, sus dudas y sus seguridades. Como cualquiera. Pero era, sin duda, la mejor opción para Templarios, por varios aspectos. El primero es que era una jugadora que, desde el principio, había demostrado un compromiso encomiable con el equipo, algo que, por sí sólo, no implicaba demasiado (Kaín, Didak o yo mismo poseíamos esa cualidad), pero que era la primera condición indispensable. El segundo es que era la jugadora con más contactos del equipo, lo que nos dejaba dentro de la comunidad, plenamente comunicados con otros núcleos. Y el tercero que, para mí, es el más importante, es que todos la adorábamos. En aquel momento, era la única chica del equipo, y sentíamos por ella una mezcla de cariño y proteccionismo que fue muy importante. Cualquier otro tendría que haberse esforzado mucho para ganar la lealtad que teníamos todos hacia Helena desde el primer minuto. Esto puede parecer una chorrada, pero no lo es. Helena fue la demostración de que, con un buen capitán, un equipo puede cambiar de rumbo y llegar lejos.

Recién elegida, comenzó el periplo que supuso la I Xabaril Cup, de la cual nos enteramos, votamos e inscribimos el último día de plazo. No nos lo pensamos demasiado, y de pronto estábamos camino de Santiago para jugar. Por parte de Templarios, acudimos Helena, Pingu, Kroot, Kaín, Sapoconcho y yo mismo, reforzados (quizás un poco de más, que los pedimos antes de saber cuantos éramos) por Axel, Tony e Ichi, de Corvos. Los cruces nos depararon partidos contra los locales de Meigha, Valar Morghulis, Blaster Wings y Carmiña Vacaloura, un mix de frees.

No voy a entrar en el partido a partido (derrotas contra Meigha y Valar, victoria en jugg de oro contra Blaster Wings, y victoria contra Carmiña Vacaloura), pero pasamos a la siguiente ronda, donde nos tocó cruzarnos de nuevo contra Meigha. Aguantamos la primera parte, pero no la segunda, y terminamos por caer frente a los que, finalmente, se llevarían el primer premio. Sexto puesto y a casita.

Pingu, Kaín, Sapoconcho, Lume, Helena y Kroot. Por los suelos, Tony, Axel e Ichi.


Lume, Sapoconcho y Helena, contra Blaster Wings.

Pingu, Kroot y Helena, contra Carmiña Vacaloura.

Este torneo supuso un nuevo punto de inflexión. En primer lugar, nos demostró que un capitán efectivo cambia mucho las cosas. No fue sólo jugar mejor, fue la sensación de que ya estábamos dentro. Y, en segundo lugar, nos hizo ver sin dudas que necesitábamos un kette, dado que en ese momento no teníamos y dependíamos de pillar un free (y no todos los días tu capitana se saca un Tony de la manga). La diferencia entre tener o no es tan abismal que asusta. Así, si el Fenrir fue un Torneo que nos dejó tocando fondo, la Xabaril, por el contrario, fue un torneo que nos dejó muy buen sabor de boca y la sensación de estar caminando en la buena dirección.

Finalmente, como anécdota, teniendo muy recientes las quemas, y habiendo sido yo su instigador, mis compañeros decidieron para mí el apodo que luzco con orgullo en mis camisetas, y por el que se me conoce en este, nuestro deporte: Lume, que, para quienes no dominan la lengua de Pondal, significa Fuego, y que simboliza lo que es obvio. También nuestro grito de guerra ("¿Qué se hace con las brujas?¡Quemarlas!¿Y qué se quema, aparte de las brujas?¡Más brujas!") surgió en este torneo, antes del partido de cuartos contra Meigha, como una broma que nuestra Capitana no nos dejó sacar adelante (por si se ofendían, tsk, tsk), razón por la cual no empezamos a usarlo hasta el primer torneo al que acudimos todos tras este, meses después, y ya desaparecidos Meigha.

xoves, 23 de outubro de 2014

I Torneo Fenrir.

Siguiendo con mi modo "abuelo batallitas", continúo la historia de Templarios Negros en una de las jornadas más duras e importantes de la vida de mi equipo y, por tanto, de mi experiencia en jugger: el I Torneo Fenrir, Regional de Galicia, celebrado en la ciudad de A Coruña el 16 de Noviembre de 2013.

Todo comenzó cuando Helena nos propuso ir. Su novio, Hans, era uno de los organizadores, así que tenía un interés particular en asistir al torneo, y a nosotros nos pareció bien. Sin embargo, la mala suerte empezó a cebarse con nosotros, de modo que, finalmente, sólo cuatro jugadores (Óscar, Helena, Didak y yo mismo) pudimos acudir. Mención especial a Kaín, que vino a pesar de estar lesionado y cuyo apoyo durante y tras el torneo fue de una importancia vital. Para cubrir nuestras carencias de plantilla, fichamos a dos freelances ad hoc: Pam, de Ourense, y Jacobo, de Santiago. Configurada la plantilla, esperamos con nervios que llegase el día. Pero antes, claro, los emparejamientos: Northwest Wolves serían nuestros primeros rivales oficiales, y Santa Compaña nos seguirían.

El día empezó mal, quedándome dormido y teniendo que coger el siguiente tren para Coruña. Esto no era moco de pavo, porque, entre otras cosas, era la segunda vez que pisaba Coruña, y no tenía ni idea de adonde tenía que ir. Juntando desgracias, salí escopetado de casa, así que no desayuné, y la noche anterior me había dado cuenta de que mi chándal y mi camiseta estaban embarrados, así que los había lavado a mano, y seguían empapados. Ah, y los nervios del primer torneo no me dejaron dormir bien la noche anterior. ¿Maravilloso todo, no? Aún así, conseguí llegar al campo justo a tiempo, y fui directo a pasar el tata. Nueva desgracia, mi Q-Tip (mi tercer Q-Tip, recordemos) no pasaba el testeo porque no tenía acolchada la parte central, dado que no-se-quién me había dicho que era innecesario. Más adelante lo arreglé y me dijeron que tampoco, que no pasaban las puntas, lo intenté arreglar y tampoco. El resultado es que no pude jugar con mi arma en todo el torneo, y sólo a partir del segundo partido pude jugar con Q-Tips prestados, teniendo que jugar el primer partido con un bastón prestado. Además, al cambiarme para ponerme la ropa, esta seguía empapada, así que me puse la camiseta, pero no los pantalones, porque con el frío que hacía no me apetecía ponerme unos pantalones mojados, y jugué en vaqueros. Me quito esto ya, a pesar de que fue pasando a lo largo de la mañana, para que no interrumpa más adelante.

Finalmente, tras las charlas de rigor y todo eso, empezamos la jornada con el partido ante Northwest Wolves. 23-0. Los lobos nos pasaron por encima como quisieron, y la verdad es que podrían haber caído más, algo de lo que me doy cuenta mirando el vídeo ahora. Además, sumado a usar un bastón, arma que odio con todo mi ser, me dijeron "te toca cazar cadenas". Y así pasó mi torneo, cazando cadenas y contándome las piedras de ocho en ocho. He de decir que, si bien nos apalizaron, no bajamos los brazos y seguimos adelante, y nos marchamos contentos, si no con el resultado, sí con el entretenimiento.

Santa Compaña no fue diferente. En ese momento, era el mejor equipo de Galicia, y de hecho se llevaron el trofeo, y contábamos con una paliza mayor. Sin embargo, creo recordar que fue un 19-1, punto arriba, punto abajo. Ahora me figuro que se reservarían para algún partido un poco más serio pero, en aquel momento, nosotros no pensamos eso. Pensamos "estamos mejorando". Nos apalizaron, pero estamos despertando, y le hemos marcado un punto (nuestro primer punto en competición oficial) al mejor equipo de Galicia. Aún recuerdo con emoción ese punto, y cómo prácticamente todo el mundo en las gradas saltó a celebrarlo con nosotros. Puede que sea una chorrada, pero ese momento fue realmente importante para nosotros y, en mi caso, este partido fue el inicio de una relación de respeto y afecto hacia Santa que duró hasta su disolución, y que aún recuerda su chapa en mi mochila de Jugger.

Reorganizados los grupos, nos tocaba jugar contra Celtic Avengers y Skull Impalers, separados ambos partidos por la pausa para comer.

Celtic... ¿qué decir de Celtic? Partido relajado, 13-2, si no recuerdo mal. Pero lo importante era que nos veíamos cara a cara frente a nuestros compañeros de entrenamiento, aquellos que nos habían apadrinado a nuestra entrada al Jugger. Si Trenckos han sido nuestros hermanos mayores, Celtic fueron nuestros padres, y jugar contra ellos fue signo de diversión y amistad.

Tras esta nueva derrota, llegó la hora de comer, y con ella llegó una nueva desgracia: Helena rompió. Todos habíamos ido teniendo alguna clase de problema físico a lo largo del torneo, que parcheábamos como malamente podíamos, pero lo de Helena fue un golpe muy duro. Metió un pie en un bache y ¡crack! a pique el portaaviones. Se hizo un esguince de tobillo que la descartaba (aunque se puso cabezona y aún jugó algún punto) para el último partido. Con la moral un poco tocada por la mezcla de ausencia de resultados positivos, las lesiones varias que nos poblaban y la caída de Helena, a la que todos queríamos a rabiar, volvimos de comer para jugar contra Skull Impalers.

Arrasados, seguimos con el último partido, en el que tuvimos que pedir frees a otros equipos para poder completar la plantilla mínima, quedándonos a Raposín y Alex (creo que se llamaba Alex...) de Ragnarök, que suplieron a Óscar y Helena. Resultado final de 11-1, aproximadamente, y fin del torneo para nosotros.


     De izquierda a derecha, Óscar, Lume, Jacobo, Kaín (supermono sin barba él), Helena, Pam, el Ragnarök desconocido (En serio...¿Alex?) y Didak. 

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A Templarios, el Fenrir le supuso muchas cosas. La primera y más importante fue la sensación de que algo fallaba. Cuando a un equipo le invade esa sensación, hay dos formas de canalizarla: hay quien se queda quieto, mirando el infinito, desorientado, y hay quien lo utiliza como una oportunidad. Tomé las riendas de los que estábamos allí y comenzó la primera reforma profunda de Templarios. Junto con Helena, Kaín y Didak, comenzamos a mover las piezas que terminarían por formar lo que es hoy Templarios. Se le dio un toque de atención a Óscar, que prometió ponerse en serio con la capitanía, y dimos inicio a la primera quema: Se invitó a abandonar el equipo a todos aquellos que no pudiesen comprometerse con el mismo, y se establecieron las primeras normas respecto a la asistencia, se mejoraron los canales de comunicación, empezamos a entrenar más en serio y, en definitiva, empezamos a comportarnos como un equipo. También comenzamos a barajar sustitutos para Óscar si no cumplía lo prometido.

En principio, aquello podía parecer suficiente, pero no lo era. Sin embargo, fue el inicio de mucho más. Pasaron los meses de invierno, con todas las desventajas que ello conllevaba (Navidades, exámenes, lluvia+nohaypabellón=campo de casa de Mazi=muerte en lata...), y sin quererlo ni beberlo, estábamos ya en Febrero. Nuestros siguientes objetivos estaban ya marcados: I Jornada de la II Liga de Vigo y I Xabaril Cup, Regional de Galicia, en Santiago.


mércores, 22 de outubro de 2014

Piloto: Los orígenes.

Hace tiempo que quiero hacer esto, mucho, en realidad. Sin embargo, nunca encontrara el formato adecuado en el reducido espacio que deja LCEDLP, medio de referencia del jugger en España. Por eso tardé, antes de dar inicio a este blog, que queda como poco más que una historia que contar desde dentro, un camino que comenzó a andarse un 23 de Septiembre y que, espero, me lleve lejos. Todo lo que aquí publique será mi forma de ver las cosas, no la de mi equipo, no la de mi ciudad, no la de nadie. Mía.

Mi nombre es Lume, y esta es mi historia.
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Mi nombre es Pablo Pereira, aunque en Jugger me conocen como Lume. Llegaré a eso más adelante, así que no pretendo explicarlo ahora. Conocí el jugger hace un par de años, a través de un compañero de clase, Jorge, que lo trajo desde Cantabria. En aquel momento de ignorancia plena (no teníamos ni idea de que había un grupo ya activo de jugger en Vigo), organizamos un pequeño grupo, con idea de instalar el jugger en el CUVI. Aquel grupo llegó a su fin con el espectacular número de cero entrenamientos y la sensación de que no había sido una buena idea, así que me olvidé de aquel deporte que parecía tan flipante. Pero, de nuevo Jorge, nos contactó a principios de Septiembre de 2013 con la idea de montar un equipo. Tenía ya a bastante gente, y algunos de los que estábamos en CUVI Jugger nos apuntamos de cabeza. Así nació Templarios Negros.

Eran finales de Septiembre cuando acudimos por primera vez a entrenar. Recuerdo que, desde el primer momento, quise usar un Q-Tip, así que me hice uno para ese entrenamiento. Alma hecha con una barra de cortina, corchopán y cubierto de cinta aislante fue la receta de aquel arma que duró dos golpes, literalmente, antes de que Didak me la rompiese. Es lo que tiene, las barras de cortina no son la mejor opción. Más adelante, seguí emperrado con el Q-Tip, así que hice otro con una caña bastante mala que volvió a romper, y luego un mandoble que flecteaba a dios y tenía una punta que parecía piedra. Lo normal para un novato, vamos.

Por aquella época, Templarios vivió un crecimiento espectacular. Recuerdo, al menos, a Jorge, Cristian, nuestro capitán Óscar, Didak, Julián, Pingu, Kroot, Eloy, Helena, Kaín, Noceda, Arturo, y algunos más que no llegamos a conocer. Llegó un momento en que Templarios lo componían 15 jugadores, y cada entreno aparecían nuevos. Justo en aquel momento, comenzó la discusión más tensa que hubo en el seno del equipo, debida a un aspecto fundamental: el nombre.

Templarios Negros (para quien no lo sepa) es un nombre sacado de Warhammer 40k. Eso dejaba a mucha gente fuera, porque no tenían ni idea del lore de W40K. Incluso a algunos que sí sabemos del asunto no nos terminaba de gustar, por lo que se determinó votar un nuevo nombre. Al final, el elegido fue Helena y sus Amigas. Y entonces, estalló todo. Discusiones ya cusaciones agrias, gente planteándose marcharse del equipo... con el resultado final del mantenimiento del nombre que no había elegido la mayoría, simplemente por no discutir más.

Templarios parecía abocado al fracaso. Muchos jugadores no venían, Óscar no hacía lo que debía para imponer orden y todo parecía irse a la mierda. Algunos no estábamos cómodos, y fue la primera vez que pronuncié la frase "La única solución para Templarios es pegarle fuego". Octubre avanzó y le siguió Noviembre, acercándose la primera de las fechas clave del equipo: el I Torneo Fenrir, Regional de A Coruña.