xoves, 23 de outubro de 2014

I Torneo Fenrir.

Siguiendo con mi modo "abuelo batallitas", continúo la historia de Templarios Negros en una de las jornadas más duras e importantes de la vida de mi equipo y, por tanto, de mi experiencia en jugger: el I Torneo Fenrir, Regional de Galicia, celebrado en la ciudad de A Coruña el 16 de Noviembre de 2013.

Todo comenzó cuando Helena nos propuso ir. Su novio, Hans, era uno de los organizadores, así que tenía un interés particular en asistir al torneo, y a nosotros nos pareció bien. Sin embargo, la mala suerte empezó a cebarse con nosotros, de modo que, finalmente, sólo cuatro jugadores (Óscar, Helena, Didak y yo mismo) pudimos acudir. Mención especial a Kaín, que vino a pesar de estar lesionado y cuyo apoyo durante y tras el torneo fue de una importancia vital. Para cubrir nuestras carencias de plantilla, fichamos a dos freelances ad hoc: Pam, de Ourense, y Jacobo, de Santiago. Configurada la plantilla, esperamos con nervios que llegase el día. Pero antes, claro, los emparejamientos: Northwest Wolves serían nuestros primeros rivales oficiales, y Santa Compaña nos seguirían.

El día empezó mal, quedándome dormido y teniendo que coger el siguiente tren para Coruña. Esto no era moco de pavo, porque, entre otras cosas, era la segunda vez que pisaba Coruña, y no tenía ni idea de adonde tenía que ir. Juntando desgracias, salí escopetado de casa, así que no desayuné, y la noche anterior me había dado cuenta de que mi chándal y mi camiseta estaban embarrados, así que los había lavado a mano, y seguían empapados. Ah, y los nervios del primer torneo no me dejaron dormir bien la noche anterior. ¿Maravilloso todo, no? Aún así, conseguí llegar al campo justo a tiempo, y fui directo a pasar el tata. Nueva desgracia, mi Q-Tip (mi tercer Q-Tip, recordemos) no pasaba el testeo porque no tenía acolchada la parte central, dado que no-se-quién me había dicho que era innecesario. Más adelante lo arreglé y me dijeron que tampoco, que no pasaban las puntas, lo intenté arreglar y tampoco. El resultado es que no pude jugar con mi arma en todo el torneo, y sólo a partir del segundo partido pude jugar con Q-Tips prestados, teniendo que jugar el primer partido con un bastón prestado. Además, al cambiarme para ponerme la ropa, esta seguía empapada, así que me puse la camiseta, pero no los pantalones, porque con el frío que hacía no me apetecía ponerme unos pantalones mojados, y jugué en vaqueros. Me quito esto ya, a pesar de que fue pasando a lo largo de la mañana, para que no interrumpa más adelante.

Finalmente, tras las charlas de rigor y todo eso, empezamos la jornada con el partido ante Northwest Wolves. 23-0. Los lobos nos pasaron por encima como quisieron, y la verdad es que podrían haber caído más, algo de lo que me doy cuenta mirando el vídeo ahora. Además, sumado a usar un bastón, arma que odio con todo mi ser, me dijeron "te toca cazar cadenas". Y así pasó mi torneo, cazando cadenas y contándome las piedras de ocho en ocho. He de decir que, si bien nos apalizaron, no bajamos los brazos y seguimos adelante, y nos marchamos contentos, si no con el resultado, sí con el entretenimiento.

Santa Compaña no fue diferente. En ese momento, era el mejor equipo de Galicia, y de hecho se llevaron el trofeo, y contábamos con una paliza mayor. Sin embargo, creo recordar que fue un 19-1, punto arriba, punto abajo. Ahora me figuro que se reservarían para algún partido un poco más serio pero, en aquel momento, nosotros no pensamos eso. Pensamos "estamos mejorando". Nos apalizaron, pero estamos despertando, y le hemos marcado un punto (nuestro primer punto en competición oficial) al mejor equipo de Galicia. Aún recuerdo con emoción ese punto, y cómo prácticamente todo el mundo en las gradas saltó a celebrarlo con nosotros. Puede que sea una chorrada, pero ese momento fue realmente importante para nosotros y, en mi caso, este partido fue el inicio de una relación de respeto y afecto hacia Santa que duró hasta su disolución, y que aún recuerda su chapa en mi mochila de Jugger.

Reorganizados los grupos, nos tocaba jugar contra Celtic Avengers y Skull Impalers, separados ambos partidos por la pausa para comer.

Celtic... ¿qué decir de Celtic? Partido relajado, 13-2, si no recuerdo mal. Pero lo importante era que nos veíamos cara a cara frente a nuestros compañeros de entrenamiento, aquellos que nos habían apadrinado a nuestra entrada al Jugger. Si Trenckos han sido nuestros hermanos mayores, Celtic fueron nuestros padres, y jugar contra ellos fue signo de diversión y amistad.

Tras esta nueva derrota, llegó la hora de comer, y con ella llegó una nueva desgracia: Helena rompió. Todos habíamos ido teniendo alguna clase de problema físico a lo largo del torneo, que parcheábamos como malamente podíamos, pero lo de Helena fue un golpe muy duro. Metió un pie en un bache y ¡crack! a pique el portaaviones. Se hizo un esguince de tobillo que la descartaba (aunque se puso cabezona y aún jugó algún punto) para el último partido. Con la moral un poco tocada por la mezcla de ausencia de resultados positivos, las lesiones varias que nos poblaban y la caída de Helena, a la que todos queríamos a rabiar, volvimos de comer para jugar contra Skull Impalers.

Arrasados, seguimos con el último partido, en el que tuvimos que pedir frees a otros equipos para poder completar la plantilla mínima, quedándonos a Raposín y Alex (creo que se llamaba Alex...) de Ragnarök, que suplieron a Óscar y Helena. Resultado final de 11-1, aproximadamente, y fin del torneo para nosotros.


     De izquierda a derecha, Óscar, Lume, Jacobo, Kaín (supermono sin barba él), Helena, Pam, el Ragnarök desconocido (En serio...¿Alex?) y Didak. 

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A Templarios, el Fenrir le supuso muchas cosas. La primera y más importante fue la sensación de que algo fallaba. Cuando a un equipo le invade esa sensación, hay dos formas de canalizarla: hay quien se queda quieto, mirando el infinito, desorientado, y hay quien lo utiliza como una oportunidad. Tomé las riendas de los que estábamos allí y comenzó la primera reforma profunda de Templarios. Junto con Helena, Kaín y Didak, comenzamos a mover las piezas que terminarían por formar lo que es hoy Templarios. Se le dio un toque de atención a Óscar, que prometió ponerse en serio con la capitanía, y dimos inicio a la primera quema: Se invitó a abandonar el equipo a todos aquellos que no pudiesen comprometerse con el mismo, y se establecieron las primeras normas respecto a la asistencia, se mejoraron los canales de comunicación, empezamos a entrenar más en serio y, en definitiva, empezamos a comportarnos como un equipo. También comenzamos a barajar sustitutos para Óscar si no cumplía lo prometido.

En principio, aquello podía parecer suficiente, pero no lo era. Sin embargo, fue el inicio de mucho más. Pasaron los meses de invierno, con todas las desventajas que ello conllevaba (Navidades, exámenes, lluvia+nohaypabellón=campo de casa de Mazi=muerte en lata...), y sin quererlo ni beberlo, estábamos ya en Febrero. Nuestros siguientes objetivos estaban ya marcados: I Jornada de la II Liga de Vigo y I Xabaril Cup, Regional de Galicia, en Santiago.


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