venres, 8 de maio de 2015

Para quitarse el sombrero: II Spring Cup.

Llega ese maravilloso momento en el que tengo un ratito post-torneo para aburriros con mis sensaciones y vivencias, esta vez por tierras Alicantinas, en el que es, probablemente, el torneo mejor organizado en el que participé.



Como siempre, toda historia tiene un comienzo, y en mi caso ese comienzo es el maravilloso momento en el que la VSS Divertineta es finalmente fletada. Yo había tenido tan buenas sensaciones en la Xabaril que había decidido llevar a Hobbiton a Alicante, pero dicha tarea se volvió imposible. Aún manteniendo el nombre, sólo cuatro Ruins (el Hobbiton de la Xaba) viajaríamos a la Spring, pero dos de ellos fueron fichados por Valar Morghulis, de modo que sólo Ramiro y yo quedábamos del equipo que me había maravillado. Así, con Jessi, se inició la operación "encontrar al freelance" que finalmente recordó a la escena de James Woods en Family Guy: ¡Oh, un Desertor!¡Oh, un Desertor!¡Oh, un Desertor!¡Oh, un Desertor! Las risas por el hecho fueron tantas que, aunque con el fichaje final de Kiliak equilibramos, nos pareció absurdo mantener el nombre de Hobbiton, de modo que decidimos, en honor a nuestros Desertores (Joan, Esquit, Nozz y Kleinaj) llamarnos Hobbitores. Sin nada más que merezca ser mencionado, aparecimos el día 1 de Mayo en la Escuela de Idiomas, embarcándonos en la VSS Divertineta en un larguísimo viaje de 13 horas que, salvo alguna cosilla (ejem, ejem) transcurrió sin novedad, pero con muchas risas. Llegados a Alicante de madrugada, en este Nacional pude aprovechar así para dejar las cosas sin tener que ir saludando a cada paso (sus quiero, ¿eh?) y conocimos, finalmente, a los Desertores, entre los cuales Joan ya llamó positivamente mi atención porque nos conocía a todos, nuestros equipos, posiciones y cómo jugábamos.

Nuestro grupo era, a priori, de los más sencillos, con Midnight Fighters como cabeza, Hipnosapos, Valkyr, Tsuruchi Samurais y Colmillo Blanco. Abríamos de mañana contra Midnight Fighters en un partido en el que nos mantuvimos a pesar de la obvia superioridad de nuestros rivales, finalizando con un 10-5. Con una sensaciones tan positivas, afrontamos el partido de Hipnosapos con esperanzas, para encontrarnos con un partido caótico y enmarañado en el que los murcianos nos sacudieron tal tanda de bofetadas que debimos espabilar. Un 10-2 que refleja nuestras carencias, y un grupo súbitamente complicado. Siguió Tsuruchi, partido que en teoría debíamos llevarnos con facilidad, pero que se nos complicó, requiriendo parte y media para despegar de unos Samurais que no querían dejarnos ir.7-4, si no recuerdo mal, una sensación algo más positiva y a por Valkyr.



No mencioné hasta ahora el arbitraje ni voy a hacerlo en este post, pues considero que la vergüenza que da el arbitraje en España ahora mismo se merece un post aparte. Sin embargo, sí voy a dejar claro que el partido de Valkyr fue, de lejos, el peor partido de esta Spring, desagradable hasta decir basta. 6-6 de resultado final. Tras Valkyr, tocaba Colmillo Blanco, otro partido a priori fácil pero que nos costó la vida despegar. De final 7-3 o así, no lo tengo claro. Y final, terceros de grupo con la incómoda sensación de que teníamos más de lo que nos habíamos ganado y menos de lo que deberíamos haber conseguido.

No puedo dejar de mencionar en esta parte el hecho de que, cada vez que pudimos, los gallegos nos acercamos hasta donde estaban los también vigueses de Valar Morghulis o los coruñeses de Cabalio! a darles un poco de aliento, resultando su grupo uno de los más difíciles con diferencia, pues aparte de compartirlo, debieron enfrentarse a Magnethopollos y Ciponejos. Terceros los vigueses y cuartos los coruñeses, que disputaron la fase de play-off para alzarse con el título de mejor 4º y acceder al Top 16, lo que permitió a Galicia colocar a sus dos equipos y medio entre los 16 mejores de España.


¡Qué ghuapo que é!

Durante esa noche, en Hobbitores nos planteamos cual había sido el problema, y la respuesta fue obvia: desorden. Por ello, tras hablarlo, dejamos a Joan encargado de las estrategias. Su palabra sería ley en el campo y, de ese modo, contrarrestaríamos el hecho de tener que amoldarnos a jugadores a los que apenas conocíamos.

El sorteo del día siguiente nos colocó en el camino de Ninjas-Almoradí. ¡Madre mía, qué partidazo! Ninjas siempre fue uno de esos equipos que me gustaron por su estilo de juego, pero verles jugar y jugar contra ellos no es lo mismo ni de lejos. Partido muy agradable y divertido, con un 9-4 que invitaba al optimismo, a pesar de dejarnos fuera del Top 8, compitiendo por los puestos del 9º al 16º. Nuestros siguientes rivales fueron los también alicantinos Team Hunter, partido sin mucha chica que nos llevamos con tranquilidad, colocandonos entre el 9º y el 12º puesto. Nuestros siguientes rivales fueron nuestros conciudadanos de Valar Morghulis, que habían pasado in extremis y en Jugg de Oro ante Götter en un partido muy tenso. Empezamos ganando, muy en la línea táctica de Valar, pero los vinotinto nos dejaron cinco puntos y una parte de ventaja, y aquello empezaba a ser demasiado, algo que me tenía realmente intrigado (luego nos contaron que de táctica nada, que les habíamos pillado por sorpresa). Entonces hicieron los cambios. Abalde de corredor pero, sobre todo, Gatsu con mandoble, dieron la vuelta a la tortilla para parar el crono en el 6-5 final, con una remontada made in Valar en un partido agradable, divertido y disputado. Un placer. Nuestros últimos rivales, por el 11º puesto, fueron los coruñeses de Cabalio!. Si bien habíamos disputado el partido de Valar, en el de Cabalio! el cansancio afloró. Los coruñeses no concedieron un respiro y nos endosaron una paliza bien merecida que nos dejó en el 12º puesto final.


¡Dejad de mirar a Bambi, lo que importa es la bandera!

Finalizado el torneo, quedan los pros y los contras del mismo. Empiezo, como siempre, por los contras:
-La falta de un mando en Hobbitores se notó el primer día de una manera espectacular.
-El calor, anticipo de un verano duro, hizo mella, y el no regar el césped artificial lo hacía ciertamente un suplicio.
-Arbitraje, arbitraje, arbitraje y ¿por qué hay tantos escuderos sin terminaciones nerviosas en las espinillas?

Sin embargo, como siempre, hay pros:
-La organización, exquisita. El espacio y los tiempos se midieron bien, todos los equipos pudieron jugar independientemente de lo mancos que fuesen (hablo como manco que jugó de menos y se sintió discriminado en la Atun y la Winter).
-Las instalaciones, francamente buenas.
-La cantina, bien de precio y con un trato excelente.
-¿Hablé ya de la organización? Esa gentuza con brazaletes naranjas (gran detalle para ubicarles) estaba siempre a disposición de lo que le pidieses.


En resumen, un gran torneo en organización, que merece tanta crítica positiva como le doy.


Por otra banda, hay dos cosas que quiero comentar. La primera, hacia mi equipo, puede que no hayamos conseguido lo que podríamos, puede que nuestra compenetración no fuese la mejor, pero sin duda fue un placer jugar con vosotros (los Desertores, al resto os tengo mu' vistos), y espero veros pronto. La segunda, hacia mi propia comunidad, al final, lo que dice Ramiro es cierto, de Piedrafita p'afuera somos uno. No deja de hacerme sentir orgulloso el modo en el que nos apoyamos a lo largo del circuito de Nacionales, y en lo que a mí respecta, tanto me alegran los puestos de los gallegos como el mío propio. Chapeaux.

Finalmente, como bonus track, hace un tiempo compartí en este blog la propuesta de vestir un lazo verde en los torneos de Mayo. Como soy un hombre de palabra, tanto yo como la tripulación de la Divertineta (Mazi, Gatsu, Ferre, Kaín, Jessi, Kiliak, Pazos, Silex) los llevamos en nuestros hombros durante el torneo, donde demostraron su superpoder: cada dos por tres, alguien nos preguntaba por el lazo, y podíamos explicarle el por qué de la campaña. Me gusta pensar que más de uno llegó a plantearse el tema. Os dejo una foto en la que se medio intuye que Kaín y yo (de blanco) lo llevamos en el brazo derecho.




Y, con esto, me despido por hoy, con el sabor dulzón del torneo bien organizado y con ganas de repetir para el año próximo.