xoves, 13 de novembro de 2014

V Atun Cup.

Terminando ya con la fase histórica, llegamos al último torneo que disputó Templarios Negros: el Torneo Nacional de Madrid, la V Atun Cup.

Esta historia empezó mucho antes de la Cementery, antes incluso de la Lábaro, cuando, estando en MadriZ, me comentaron del torneo. Nos inscribimos apenas pudimos, con el reclamo de una casa en MadriZ y el torneo más grande de los disputados hasta la fecha en territorio español, pudiendo inscribir a todos los jugadores de Templarios en aquel momento (Helena, Kaín, Kroot, Pingu, Eloy, Widow y yo mismo).  No decepcionaba el torneo desde el principio, con 42 equipos no era sólo el mayor torneo que hubiese celebrado España, sino el mayor del mundo, dejando de lado el Meisterchaft alemán. Así, nos preparamos durante las semanas previas, fichando como refuerzo de calidad a Kiliak, de Trenckos, viejo conocido mío de su época en Esmorgantes.

Tras la Cementery, finalmente nos pusimos en marcha. Las ganas de torneo (y no un torneo cualquiera, era nuestro primer nacional) se palpaban, y estábamos ansiosos por llegar. Yo, particularmente, quería ver si mi equipo se adaptaba bien al ambiente de los nacionales y me moría de ganas de ver a amigos y conocidos de otros torneos, como Hidras, Hipnosapos o los remanentes de los Mighty Owl's. Tal era nuestra ansia que las horas en el tren se nos hicieron eternas antes de conseguir llegar, tras muchas horas y un cúmulo de deseos de muerte lenta y dolorosa dirigidos hacia cierto busero. Pero allí estábamos, con más de dos horas de antelación, dispuestos a participar en aquel evento. A lo largo de la tarde, los demás equipos fueron llegando con cuentagotas desde distintos puntos de la geografía española, y el pabellón fue llenándose de palos y más palos. Ya de noche, tras los testeos, comenzó la primera noche de fiesta, en la que aportamos nuestra particular ofrenda en forma de una calabaza llena de Licor Café y una garrafa de Summer Templar.

A la mañana siguiente, comenzaron los partidos. Nos había tocado un grupo duro, compuesto por Midnight Fighters, los alemanes Rigor Mortis (recien coronados campeones del mundo y primeros clasificados en el Turniere, aunque no venían a tope), Spuggers, Runaways, Bearserkers y Fruitis. A priori, el único partido en que teníamos posibilidades era el de Fruitis, mix cartagenero con Brais, de Vigo. Bearserkers, equipo con el que mantengo muy buena relación, era factible si teníamos un buen día. Finalmente, ni Midnight ni Rigor ni Spuggers nos suponían un objetivo alcanzable, por lo que aprender y disfrutar eran nuestras prioridades. Runaways, por su parte, nos eran completos desconocidos en lo referente a nivel. Así, con la cabeza puesta en el cuarto puesto, empezamos la jornada, abriendo contra Fruitis.

El primer partido fue un bofetón en la cara. A toro pasado, no creo que tuviesen más nivel que nosotros, pero en cambio sí jugaron mucho mejor. Salimos completamente aplatanados y, cuando quisimos reaccionar, ya era tarde y nos habíamos fumado una derrota francamente dolorosa. Si el partido más asequible lo perdíamos, ¿qué haríamos contra el resto? Pues perder. Nuestro juego fue mejorando, pero ya era en vano, y eso no valía contra Midnight ni Spuggers. Bearserkers, por su parte, me impresionaron, pues demostraron un nivel superior al que les conocía que me hizo sentirme realmente orgulloso de ellos. El de Rigor Mortis fue un partido divertidísimo de jugar. Nos violaron (fue el único partido en que no anotamos), pero los alemanes nos lo hicieron pasar tan bien que muchos lo consideramos el mejor partido que jugamos nunca.  El estilo alemán es muy de mi gusto, con armas largas y movimientos muy espectaculares, pero verlo desde fuera no es comparable a verlo desde dentro. Una gozada, vamos.  Para terminar, Runaways, ya casi de noche, agotados y moralmente muy tocados. Íbamos con miedo, porque conocíamos las quejas respecto al juego sucio de Runaways, pero la verdad es que nos sorprendieron con un partido limpio y entretenido, con un buen rollo tal que, al día siguiente, Kaín jugó con ellos parte del torneo.




Como últimos clasificados, al día siguiente nos tocaba disputar un partido eliminatorio contra un sexto clasificado. El que ganase, jugaría el resto del día, el que perdiese, se iría para casa. Nuestro rival era Tsuruchi Samurais, en cuyas filas estaba adoptada Irene, otra viguesa. El partido fue igualado (detalle que me alegra, dado que tenían a varios ex Tercios B), pero casi al final, estando por debajo, cometí un error de cálculo al suicidarme contra su cadena, le di una piedra de menos a mi corredor, lo que le impidió marcar el punto y nos puso imposible conseguir forzar el jugg de oro. Nos despedíamos así de nuestro primer nacional con un pleno de derrotas y un sabor amargo en la boca.

En el plano estrictamente deportivo, la Atun no fue tan mal torneo como los resultados anuncian. Somos un equipo joven, con jugadores que nunca llegamos a salir del nivel bajo en una comunidad sin demasiado nivel de por sí, y contábamos con tener un resultado mediocre. A pesar de ello, este torneo puso de manifiesto muchas de nuestras carencias, algunas de las cuales pudimos ir solucionando sobre la marcha, mientras que otras quedaron en el tintero. Personalmente, tuve un torneo pésimo, arrastrando la desazón de torneos anteriores, que terminó en un cambio de arma, dejando, creo que para siempre, el N-Tip.  Fuera del campo, no obstante, aunque aún en el ámbito deportivo, este torneo sirvió para unir e integrar mucho más al equipo. Procuramos que, aparte de compañeros, todos seamos amigos, y la Atun fue el momento en que esos lazos, esos apoyos, se hicieron tangibles. Si cae uno, caemos todos, y no se dejó caer a nadie.

A nivel personal, ¿qué decir? Los torneos de jugger son otro rollo. Ya es casi un año viviéndolos, y no hay nada que se le compare. La posibilidad de ver de nuevo a viejos amigos, especialmente de la Summer (de la Lábaro venían menos), a ex compañeros de equipo, de conocer nuevos jugadores, todo eso hizo especial a la Atun. Mención especial a los alemanes de Rigor Mortis y Zonenkinder (adoptados por Valar) que estuvieron por las noches con nosotros, cuyo sentido del humor, afición por beber y simpatía nos marcaron a todos, mención aparte de un gesto de deportividad de cierto jugador alemán que me siento agradecido de haber podido presenciar.

Lo peor de la Atun fue no ser capaces de dar nuestro máximo cuando darlo era necesario. Lo mejor, sin duda, que todos terminamos el torneo deseando resarcirnos en la Winter. Durante la noche del Domingo y el viaje del Lunes, nos animamos mutuamente y, donde en otros tiempos habría anidado la desesperación, sólo había determinación.

Como Bonus Track, una pequeña anécdota: en este torneo se oficializó (con gran éxito de crítica) el grito de guerra de Templarios, que da nombre a este blog: ¿Qué se hace con las brujas?¡Quemarlas!¡Y qué se quema, aparte de las brujas?¡Más brujas!¡Vamos, Templarios!¡Vamos!. Buena parte de la ronquera galopante con la que volví se la debo a este grito.
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Con esta crónica termina la historia de Templarios Negros. El resto está aún en proceso de acontecer, y lo iré narrando a medida que suceda. A día de hoy, Templarios sigue entrenando duro, con un nuevo fichaje (Porta), con la mirada puesta en los tres próximos torneos en los que espera participar: la III Liga de Vigo, el II Torneo Fenrir y la III Winter Cup. Lamento la brasaza y espero que esta historia te haya gustado tanto como me gustó a mí vivirla.

sábado, 8 de novembro de 2014

La vuelta al cole: II Cementery Cup.

En esta entrada, voy a hacer una serie de omisiones a hechos que ocurrieron durante el torneo y que, en definitiva, supusieron que no fuese precisamente algo para recordar. Queda avisado de antemano. Quien tenga curiosidad, puede preguntarme directamente, si le apetece, y yo veré si me apetece contárselo o no. Allá vamos.


Llegó Septiembre y, con él, el esperado reencuentro. Pronto estuvimos todos ya en Vigo, y sólo nos faltaba Helena, nuestra Mariscala, que se había trasladado a Coruña. Mientras nos organizábamos para la V Atun Cup, en la que ya nos habíamos inscrito, Santiago convocó la II Cementery Cup. Hubo algunas discusiones respecto a jugar en Bonaval, en un cementerio, algo que a mí siempre me pareció super épico, pero a pesar de ello, se mantuvo la elección. Con la Atun tan cerca, no conseguimos mover gente suficiente, de modo que Helena y yo fuimos los únicos Templarios en el torneo. Habiendo recibido ofertas de Ghost Division y Blood Axes (un mix de frees), nos decantamos por los últimos, formando equipo con Hans y Raposín, de Ragnarök, Miguel, un chaval de Coruña, Freaky, de EFS, y Jessi, que ya jugara con nosotros el Rianxeira. Conformaban nuestro grupo Ethereal Soul, de Vigo, Corvos y Geek and Destroy, de Coruña.

A pesar de las ganas que tenía, estaba acojonado de romper. Y no sólo, dos días antes, estando mis padres de visita, por poco nos la pegamos con el coche, y no parecía que fuese a arreglarse rápido. Todas esas cosas se iban sumando y no parecía que fuese a poder acudir. No obstante, finalmente todo se arregló, me atreví a pesar de tener enseguida la Atun, y el Domingo pusimos rumbo a Santiago. Finalmente no jugaríamos en el Bonaval, sino en el mismo campo que la Xabaril, lo cual me dio pena a mí y creo que a nadie más.

Tras la llegada, abrazos y reencuentros con mi capitana, armas que no pasaban y terminaron por pasar y, en fin, todo eso que sucede al principio de cualquier torneo. Y, de pronto, a jugar. Abríamos contra Geek, consiguiendo imponernos con tranquilidad, pues salimos bastante prendidos y ello estaban fríos aún. Tras esto, jugamos contra Ethereal Soul, con una cómoda victoria y un partido de muy buen rollo. Cerramos el grupo contra Corvos, perdiendo de bastante. Los coruñeses no es sólo que sean buenos de por sí y tuviesen buenos frees, es que iban motivadísimos, y cuando Corvos se pone, se pone de verdad. Quedábamos entonces de segundos de grupo, y eso significaba que nos tocaba jugar contra The High Codex, mix de los equipos santiagueses Codex y THC los cuartos de final.

El partido contra THC fue muchas cosas, pero bonito, desde luego, no. Movidas, discusiones arbitrales eternas... nunca soporté especialmente esos partidos en los que, entre puntos, pasan cinco minutos de discusiones con los árbitros. Al final, nos llevamos el partido y a semis, donde Trenckos nos esperaba.

Trenckos es... Trenckos. ¿Qué voy a decir de ellos? Se reforzaron muy bien en verano, y consiguieron dominar el que estaba siendo su mayor problema: la falta de confianza ante la adversidad. Su partido contra Northwest Wolves, en que empezaron perdiendo de bastante para terminar ganando les había dado confianza, iban con una motivación impresionante. Nosotros, por nuestra parte, empezábamos a notar el cansancio, y su empuje nos pilló por sorpresa. Merecidísima victoria de los de verde, que pasaban a la final, que disputarían contra Corvos, mientras que nosotros disputaríamos el tercer y cuarto puesto contra Geek and Destroy.

El partido de Geek fue... bueno, no fue bonito tampoco. En primer lugar, porque Geek llevaba consigo a Corvos&Co que les animaron todo el partido, algo que nos comió mucho la moral. En segundo lugar, porque fue, a diferencia del primer partido contra ellos, algo más del estilo del partido contra THC, con quejas y reclamaciones continuas. A pesar de ello, nada justifica el modo en que salimos, confiados en que Geek iban a ser los mismos de la mañana. Fue un error enorme por nuestra parte, dado que, si nosotros habíamos ido perdiendo fuelle a lo largo del día, a Geek le había sucedido lo contrario, y ahora venían en la llama, decididos a ganar el partido. A pesar de ello, fue un partido ajustado, pero terminaron por llevárselo, dejándonos a nosotros el cuarto puesto.


La final, por su parte, se la llevaron unos enormes Corvos en un partido intenso, con puntazos increíbles, en el cual los hooligans (que no merecíamos otro calificativo) de Corvos y Trenckos nos dejamos la voz animándoles y caldeando el ambiente. Una final digna de la de un Nacional en cuanto a ambiente.

Volvimos, pues, a casa, con un regusto agridulce, como dije (más dulce que agri, ¿qué carallo? Era un torneo de jugger, con eso nos sobraba). Pero no había mucho tiempo para quejas ni lamentaciones, pues menos de una semana después cogeríamos el tren que nos llevaría hasta Madrid, para disputar el torneo más grande de cuantos se disputaron hasta la fecha en España: la V Atun Cup.

mércores, 5 de novembro de 2014

El largo verano, parte 2.

Llegaba Agosto, y con él, el II Torneo Rianxeira. Como ya dije, Widow, Kroot y yo lo veríamos desde la barrera pero, en el último momento, Pingu también se cayó, esta vez por lesión. Así pues, la plantilla quedaba configurada con Helena, Kaín, Sapoconcho y los cuatro freelances, Muro, Abel, y Christian, de Northwest Wolves, y Jessi, ex Celtic Avenger, ahora jugadora de Trenckos, a petición de los cuales se mantuvo el nombre, a pesar de la escasez de jugadores del equipo.

El torneo tuvo muchos problemas organizativos que no entraré a valorar, dado que ni me compete ni estaba allí para sufrirlos, pero a grandes rasgos supusieron la descalificación de los vigueses Valar Morghulis. Ciñéndonos a los propios partidos, Templarios ganó por un punto a Trenckos, perdiendo contra Ragnarök, y en segunda ronda ganó el partido correspondiente a Valar Morghulis por incomparecencia, perdiendo el restante contra CJ. En la clasificatoria, se impusieron a los santiagueses Ghost Division, perdiendo de nuevo contra CJ en cuartos de final. Al carecer de tiempo, el partido por el tercer y cuarto puesto no se jugó, quedando por jugg average terceros los coruñeses Geek and Destroy y obteniendo la cuarta posición Templarios. Como en el caso del TNG, no puedo valorar mucho más y, quizás, en un futuro algún jugador implicado sí lo cuente de un modo más personal. Termino dejando la foto de familia del torneo, con un enorme agradecimiento a los frees por jugar con nosotros.

Kaín, Sapoconcho y Helena con Muro, Jessi, Abel y el siempre sonriente Christian.

Siguiendo el mes de Agosto, llegó la veintena y, con ella, la Lábaro Cup. Pingu desde Vigo y yo desde Madrid, via Aste Nagusia (Semana Grande de Bilbao), nos plantamos en Santander, donde fuimos recibidos por los Mighty Owl's. Nos unimos allí a Furby, de Geek and Destroy, que jugaría con nosotros el torneo. Deberíamos haber contado también con Ferre, pero a última hora no pudo acudir, debiendo encontrarle un sustituto de última hora.

El Ferrestituto, descansando de su dura jornada.



Desde el primer momento, quedó claro que aquello no era la Summer Cup, resultando más un torneo del tamaño de un regional grande. A pesar de todo, había jugadores de muchos lugares de España, y la organización, a un desorientado novato, le pareció excelente, incluyendo el magnífico detalle de agenciarnos las colchonetas del pabellón para dormir. El sistema de torneo era novedoso para mí, más estilo King of the Hill: los partidos no eran fijos, sino que venían determinados por la clasificación instantánea, calculada en función de los resultados cosechados. Así, cuantos más partidos ganaba uno, mejor era su clasificación, y mejores equipos encontraba enfrente.

 El Sábado nos tocó jugar contra Alas Armas, mix de frees que incluía buenos amigos, a quienes nos impusimos, Hellfish, potente equipo cántabro contra el que caímos (siempre la misma jugada, nos rompían la cintura en velocidad), Jugger Valladolid, con los que trabamos buena relación, y a los que ganamos, Galos, mix cántabro a quienes nos impusimos, pero contra los que perdimos por permitir jugar a una jugadora sin darnos cuenta de que no estaba inscrita, Silvanos, también cántabros, que nos dieron un partido vibrante y bonito de jugar, que terminamos por perder tras tener la victoria en la mano, y Levante Team, mix valencialicantinomurciano que... bueno, nos divertimos contra ellos, a pesar de la derrota. Este día me dejó el sabor amargo de haber perdido un partido por un tecnicismo y de haber dejado escapar uno en que íbamos por delante por no saber aguantar a un equipo que daba el arreón final.

El Domingo, dado que quedábamos fuera de las eliminatorias, compuesto por dos tríos de equipos. En el nuestro estaban los salmantinos Huestes de Odín, reforzados por Muro, Borja y Kay, de Northwest Wolves, y Jugger Valladolid. Perdimos contra los primeros y sufrimos contra los segundos, que nos lo hicieron pasar francamente mal, hasta el punto de llegar a las últimas ocho piedras empatados, y conmigo jugando de corredor. Para el último punto sólo restaba aguantar, así que salí a cazar. Conseguimos aguantar, pero yo me esguincé el dedo cuando el lanzamiento del cadenero de los pucelanos hizo que mi arma hiciese un extraño y me empujase el pulgar hacia atrás.

Al final, noveno puesto y una experiencia realmente divertida. No puedo sino agradecer (mis últimas entradas parecen series de agradecimientos) a Mighty Owl's (Nani, Yai, Salas, Carmen, Furby y Ferre (ausente de cuerpo, presente de espíritu y whatsapp)) el acogernos a Pingu y a mí para este torneo, así como a los que jugaron con nosotros de frees para tapar nuestras bajas (Zurdo, Muro, Ronin y Auro) por permitirnos seguir adelante.





Al final, noveno puesto, experiencia y más amigos en la mochila. Y mono, mucho mono que se enfocaba esta vez al siguiente torneo en el horizonte: la V Atun Cup. Pero antes debíamos volver a Vigo, vuelta que se antojaba realmente controvertida, con nuestra capitana en el exilio, una plantilla incompleta y un rosario de lesiones varias que no dejaban de acumularse. Pero esa, como se suele decir, es otra historia.

martes, 4 de novembro de 2014

El largo verano, parte I.

Vamos acercándonos al final de esta fase de contar historietas, con una pequeña entrada acerca del verano de 2014.

Allá por Abril, nos habíamos marcado un objetivo. En aquel momento, estaban convocados, antes del primer aniversario del equipo, tres torneos nacionales, la Spring Cup, en Alicante, el TNG, en Santiago, y la Summer Cup, en Valencia. Habíamos acordado asistir a uno e intentar acudir a un segundo nacional. Tanto por la cercanía como por la incomodidad (Templarios es un equipo mayoritariamente universitario), la Spring quedaba completamente descartada. El TNG parecía obvio, así que la única duda parecía ser si acudiríamos o no a la Summer.

Sin embargo, en aquel momento, anunciaron las fechas del TNG, a finales de Junio. Como ya dije, Templarios es un equipo mayoritariamente universitario, y eso se puede resumir en exámenes de Julio. El TNG quedaba, pues, completamente fuera de nuestros planes como equipo. Por suerte, no todos quedaban fuera: Helena y Kaín fueron fichados por los santiagueses de Ghost Division, pudiendo así disputar el torneo, y convirtiéndose en los primeros Templarios en debutar en un Nacional, quedando clasificados en la posición 19. Me gustaría contar más, pero eso ya es cosa de los protagonistas, si lo desean.



Tras los exámenes, llegaba la Summer. Esta vez, fue la lejanía y el dinero lo que nos impidió acudir como equipo, y sólo Kroot y yo parecíamos poder ir. El objetivo marcado en Abril se iba al garete, pero pretendíamos forzarlo al límite, para sacar el máximo. En principio, acudiríamos con los vigueses Trenckos pero, tras no reunir gente suficiente, el proyecto se disolvió. Ferre y Zurdo irían con los ilerdenses Eternal Fire Shinigami, mientras Celia y yo quedamos descolgados. Debido a la falta de comunicación con los murcianos, Kroot, el que más cerca estaba del torneo, no acudió finalmente. Así pues, Ce y yo nos pusimos a buscar equipo juntos. Tras tantear a varios equipos gallegos, terminamos siendo aceptados por Hidras, de Murcia. Y así, desde Vigo ella y desde Madrid yo, nos encaminamos a Valencia. Una vez allí (en mi caso, tras un día de conocer la ciudad, acompañado de mi amiga Martina (¡Hola, Martina, estoy en un blog!)), fuimos recibidos por los Hidras que, desde el primer momento, nos trataron genial. La verdad es que estaba acojonado, era mi primer nacional, no conocía a casi nadie, y para redondear, hacía un calor de narices.

El torneo en sí fue un desastre para mí. Venía ya tocado, pero el calor y las ansias de estar a la altura no me ayudaron, precisamente, y me rompí aún más. Tanto, de hecho, que mi Tamytana no me dejó jugar el último partido, y me obligó a darme una ducha. Volví a jugar al día siguiente, en un partido que terminé casi llorando, tras jugar mi último punto (a mitad del partido) y llegar al cadenero de Feedbacks arrastrando la pierna. Para que os hagáis una idea, la frase "no puedo cojear de los dos pies" fue acuñada en este torneo, cuando Mike me preguntó si estaba mejor, porque ya no cojeaba.

A pesar de todo, fue una gran experiencia. Fue mi primer torneo grande, conocí a mucha gente, me llevé muchas anécdotas (que, quizás, relataré más adelante) y, en definitiva, me lo pasé como un enano. Aprovecho para dar la primera tanda de agradecimientos a Tamy, Arturo, Laura, Tyfo, Maribel, Álvaro y Fauces por acogernos a Ce y a mí, a la propia Celia, por conseguirnos equipo, y a Mike por salvarme la vida el sábado obligándome a darme una ducha fría cuando el calor estaba machacándome. También a Martina y a Marta y su familia, por venir a verme durante el torneo, a pesar de que el calor no invitaba a ello. Fue un verdadero placer.


Pasada la Summer, me merecía un descansito. Kroot estaba entrenando en Cartagena, Widow estaba bloqueada en Ponferrada, y el resto seguían entrenando en Vigo. Yo podía entrenar en Madrid, así que, a pesar de merecerme el descanso, no me lo tomé, y seguí entrenando un par de días por semana. Y, así, la leyenda de Pablo "MeHeRompidoOtraVez" atravesó el Telón de Grelos para llegar a Madrid. En estos días, se anunciaron dos nuevos torneos, el II Torneo Rianxeira, Regional de Galicia organizado en Vigo, y la I Lábaro Cup, Nacional de Cantabria. Privados de Widow, Kroot y de mí mismo, Templarios reunió un buen grupo de freelances (Muro, Jessi, Abel y Christian) para jugar el Rianxeira. Intentamos movernos para jugar la Lábaro Cup, pero tampoco fue posible, así que Pingu y yo fuimos los únicos que nos movimos a Santander, donde fuimos adoptados por los locales Mighty Owl's.

To be continued...