martes, 28 de outubro de 2014

Primavera trompetera.

Tras la Xabaril, comenzó una larga época sin competir, que duraría, en algunos casos, hasta Octubre de 2014, salvando las dos jornadas restantes de la Liga. Sin embargo, esta época fue importante desde un punto de vista meramente organizativo, un descanso que nos vino realmente bien. Durante estos meses, diseñamos el nuevo escudo del equipo y las equipaciones que lucimos. También tuvimos que decir adiós a Christian, nuestro cadenero, que no podía compaginar sus múltiples obligaciones con el equipo. Sin embargo, su salida no fue nada comparada con la de Didak, tan súbita y por sorpresa que tardamos en asimilarlo del todo. Uno de nuestros mejores pompfers, fundador y jugador comprometido, su marcha nos dejó realmente tocados anímicamente.




Sin embargo, si fue esta una época de despedidas, también lo fue de bienvenidas. Tras las primeras quemas, Templarios había decidido no volver a permitir una salvajada como nuestra primera plantilla, de modo que establecimos que, salvo casos excepcionales de necesidad o conocimiento previo, todo fichaje debía pasar un mes de prueba. Admitimos por aquel entonces a tres novicios, Brea, Noceda y Widow. Los dos primeros no terminaron de pasar de fase, pero sí lo hizo Widow, que se convirtió en nuestra primera cadenera. Así, la plantilla quedó con la configuración que tiene (por el momento) en el momento de escribir estas líneas. A pesar de ello, Widow no pudo debutar con nosotros hasta mucho más tarde, debido a una serie de problemas ajenos a nuestra voluntad.

Perezosos, los días se deslizaron hasta que llegó Junio, y con él, la segunda jornada de la Liga. Nos tocaba jugar contra Trenckos y Celtic Avengers, y teníamos unas ganas locas de hacerlo, algo que se notó en el primer partido, con una primera parte de aguantar bien a Trenckos. La segunda parte nos derrumbamos, no obstante, y terminamos perdiendo por paliza. Mejor nos fue contra un Celtic muy mermado y sin cambios, y nos llevamos el partido. Jornada de muy buen rollo, en la que conocimos al socio nº1 del club, Enzo.




Ese día, a pesar de todo, fue un día triste para Templarios. Kroot y yo nos marchábamos todo el verano fuera, como ya hiciera Widow antes, y eso nos suponía despedirnos sine die de nuestra Mariscala, que en Septiembre se trasladaría a Coruña. El verano sería productivo, para unos más que para otros, pero todo habría de ser por nuestra cuenta. Pasarían meses antes de que una imagen como la anterior pudiese volver a verse.

domingo, 26 de outubro de 2014

I Xabaril Cup.

Si recordamos, dejamos a unos Templarios que daban poco menos que pena, finalizado el Fenrir, con dudas bastante serias acerca de la idoneidad de continuar con el proyecto o dejarlo caer y buscarnos la vida separados. Por suerte, decidimos seguir entrenando. Por no tanta suerte, se nos echaba encima Diciembre, y eso significaba exámenes y fiestas con parte del equipo fuera. Esto supuso que no empezásemos a ponernos realmente serios hasta Enero. Tras las fiestas, llegó nuestro segundo "torneo" oficial, la II Liga de Vigo. Digo "torneo" porque sigo considerando que una Liga de 4 equipos es poco más que un entrenamiento un poco más serio, pero aún así nos inscribimos, considerando que mal no nos iba a venir. En la primera jornada nos enfrentamos a Valar Morghulis y Trenckos, llevándonos soberanas palizas, lo que sumado al incidente de Sombra, jugador de Celtic Avengers que se lesionó de gravedad en la rodilla, hizo que la jornada no fuese especialmente agradable. Aún así, ese día fue importante en otro sentido. Óscar, aún capitán, inscrito en la Liga y que había jurado que vendría, nos dejó tirados, lo que supuso la gota que colmaba el vaso. Bastante molestos con el asunto, nos pusimos serios con él (lo que, cariñosamente, denominamos en Templarios "prender fuego bajo sus pies"), pero esta vez, Óscar no reaccionó prometiendo tomárselo en serio. Dejó la capitanía y el equipo, todo de una, quedándonos de pronto sin mando ni guía. Votados los capitanes, salió elegida Helena, tras la renuncia de Didak. Y esa, damas y caballeros, es la mejor decisión que tomó jamás Templarios, así que me voy a permitir un párrafo aparte antes de ir al asunto de esta entrada.


Helena tiene muchos defectos. Muchos. Como cualquiera. Tiene sus vicios, sus virtudes, sus dudas y sus seguridades. Como cualquiera. Pero era, sin duda, la mejor opción para Templarios, por varios aspectos. El primero es que era una jugadora que, desde el principio, había demostrado un compromiso encomiable con el equipo, algo que, por sí sólo, no implicaba demasiado (Kaín, Didak o yo mismo poseíamos esa cualidad), pero que era la primera condición indispensable. El segundo es que era la jugadora con más contactos del equipo, lo que nos dejaba dentro de la comunidad, plenamente comunicados con otros núcleos. Y el tercero que, para mí, es el más importante, es que todos la adorábamos. En aquel momento, era la única chica del equipo, y sentíamos por ella una mezcla de cariño y proteccionismo que fue muy importante. Cualquier otro tendría que haberse esforzado mucho para ganar la lealtad que teníamos todos hacia Helena desde el primer minuto. Esto puede parecer una chorrada, pero no lo es. Helena fue la demostración de que, con un buen capitán, un equipo puede cambiar de rumbo y llegar lejos.

Recién elegida, comenzó el periplo que supuso la I Xabaril Cup, de la cual nos enteramos, votamos e inscribimos el último día de plazo. No nos lo pensamos demasiado, y de pronto estábamos camino de Santiago para jugar. Por parte de Templarios, acudimos Helena, Pingu, Kroot, Kaín, Sapoconcho y yo mismo, reforzados (quizás un poco de más, que los pedimos antes de saber cuantos éramos) por Axel, Tony e Ichi, de Corvos. Los cruces nos depararon partidos contra los locales de Meigha, Valar Morghulis, Blaster Wings y Carmiña Vacaloura, un mix de frees.

No voy a entrar en el partido a partido (derrotas contra Meigha y Valar, victoria en jugg de oro contra Blaster Wings, y victoria contra Carmiña Vacaloura), pero pasamos a la siguiente ronda, donde nos tocó cruzarnos de nuevo contra Meigha. Aguantamos la primera parte, pero no la segunda, y terminamos por caer frente a los que, finalmente, se llevarían el primer premio. Sexto puesto y a casita.

Pingu, Kaín, Sapoconcho, Lume, Helena y Kroot. Por los suelos, Tony, Axel e Ichi.


Lume, Sapoconcho y Helena, contra Blaster Wings.

Pingu, Kroot y Helena, contra Carmiña Vacaloura.

Este torneo supuso un nuevo punto de inflexión. En primer lugar, nos demostró que un capitán efectivo cambia mucho las cosas. No fue sólo jugar mejor, fue la sensación de que ya estábamos dentro. Y, en segundo lugar, nos hizo ver sin dudas que necesitábamos un kette, dado que en ese momento no teníamos y dependíamos de pillar un free (y no todos los días tu capitana se saca un Tony de la manga). La diferencia entre tener o no es tan abismal que asusta. Así, si el Fenrir fue un Torneo que nos dejó tocando fondo, la Xabaril, por el contrario, fue un torneo que nos dejó muy buen sabor de boca y la sensación de estar caminando en la buena dirección.

Finalmente, como anécdota, teniendo muy recientes las quemas, y habiendo sido yo su instigador, mis compañeros decidieron para mí el apodo que luzco con orgullo en mis camisetas, y por el que se me conoce en este, nuestro deporte: Lume, que, para quienes no dominan la lengua de Pondal, significa Fuego, y que simboliza lo que es obvio. También nuestro grito de guerra ("¿Qué se hace con las brujas?¡Quemarlas!¿Y qué se quema, aparte de las brujas?¡Más brujas!") surgió en este torneo, antes del partido de cuartos contra Meigha, como una broma que nuestra Capitana no nos dejó sacar adelante (por si se ofendían, tsk, tsk), razón por la cual no empezamos a usarlo hasta el primer torneo al que acudimos todos tras este, meses después, y ya desaparecidos Meigha.

xoves, 23 de outubro de 2014

I Torneo Fenrir.

Siguiendo con mi modo "abuelo batallitas", continúo la historia de Templarios Negros en una de las jornadas más duras e importantes de la vida de mi equipo y, por tanto, de mi experiencia en jugger: el I Torneo Fenrir, Regional de Galicia, celebrado en la ciudad de A Coruña el 16 de Noviembre de 2013.

Todo comenzó cuando Helena nos propuso ir. Su novio, Hans, era uno de los organizadores, así que tenía un interés particular en asistir al torneo, y a nosotros nos pareció bien. Sin embargo, la mala suerte empezó a cebarse con nosotros, de modo que, finalmente, sólo cuatro jugadores (Óscar, Helena, Didak y yo mismo) pudimos acudir. Mención especial a Kaín, que vino a pesar de estar lesionado y cuyo apoyo durante y tras el torneo fue de una importancia vital. Para cubrir nuestras carencias de plantilla, fichamos a dos freelances ad hoc: Pam, de Ourense, y Jacobo, de Santiago. Configurada la plantilla, esperamos con nervios que llegase el día. Pero antes, claro, los emparejamientos: Northwest Wolves serían nuestros primeros rivales oficiales, y Santa Compaña nos seguirían.

El día empezó mal, quedándome dormido y teniendo que coger el siguiente tren para Coruña. Esto no era moco de pavo, porque, entre otras cosas, era la segunda vez que pisaba Coruña, y no tenía ni idea de adonde tenía que ir. Juntando desgracias, salí escopetado de casa, así que no desayuné, y la noche anterior me había dado cuenta de que mi chándal y mi camiseta estaban embarrados, así que los había lavado a mano, y seguían empapados. Ah, y los nervios del primer torneo no me dejaron dormir bien la noche anterior. ¿Maravilloso todo, no? Aún así, conseguí llegar al campo justo a tiempo, y fui directo a pasar el tata. Nueva desgracia, mi Q-Tip (mi tercer Q-Tip, recordemos) no pasaba el testeo porque no tenía acolchada la parte central, dado que no-se-quién me había dicho que era innecesario. Más adelante lo arreglé y me dijeron que tampoco, que no pasaban las puntas, lo intenté arreglar y tampoco. El resultado es que no pude jugar con mi arma en todo el torneo, y sólo a partir del segundo partido pude jugar con Q-Tips prestados, teniendo que jugar el primer partido con un bastón prestado. Además, al cambiarme para ponerme la ropa, esta seguía empapada, así que me puse la camiseta, pero no los pantalones, porque con el frío que hacía no me apetecía ponerme unos pantalones mojados, y jugué en vaqueros. Me quito esto ya, a pesar de que fue pasando a lo largo de la mañana, para que no interrumpa más adelante.

Finalmente, tras las charlas de rigor y todo eso, empezamos la jornada con el partido ante Northwest Wolves. 23-0. Los lobos nos pasaron por encima como quisieron, y la verdad es que podrían haber caído más, algo de lo que me doy cuenta mirando el vídeo ahora. Además, sumado a usar un bastón, arma que odio con todo mi ser, me dijeron "te toca cazar cadenas". Y así pasó mi torneo, cazando cadenas y contándome las piedras de ocho en ocho. He de decir que, si bien nos apalizaron, no bajamos los brazos y seguimos adelante, y nos marchamos contentos, si no con el resultado, sí con el entretenimiento.

Santa Compaña no fue diferente. En ese momento, era el mejor equipo de Galicia, y de hecho se llevaron el trofeo, y contábamos con una paliza mayor. Sin embargo, creo recordar que fue un 19-1, punto arriba, punto abajo. Ahora me figuro que se reservarían para algún partido un poco más serio pero, en aquel momento, nosotros no pensamos eso. Pensamos "estamos mejorando". Nos apalizaron, pero estamos despertando, y le hemos marcado un punto (nuestro primer punto en competición oficial) al mejor equipo de Galicia. Aún recuerdo con emoción ese punto, y cómo prácticamente todo el mundo en las gradas saltó a celebrarlo con nosotros. Puede que sea una chorrada, pero ese momento fue realmente importante para nosotros y, en mi caso, este partido fue el inicio de una relación de respeto y afecto hacia Santa que duró hasta su disolución, y que aún recuerda su chapa en mi mochila de Jugger.

Reorganizados los grupos, nos tocaba jugar contra Celtic Avengers y Skull Impalers, separados ambos partidos por la pausa para comer.

Celtic... ¿qué decir de Celtic? Partido relajado, 13-2, si no recuerdo mal. Pero lo importante era que nos veíamos cara a cara frente a nuestros compañeros de entrenamiento, aquellos que nos habían apadrinado a nuestra entrada al Jugger. Si Trenckos han sido nuestros hermanos mayores, Celtic fueron nuestros padres, y jugar contra ellos fue signo de diversión y amistad.

Tras esta nueva derrota, llegó la hora de comer, y con ella llegó una nueva desgracia: Helena rompió. Todos habíamos ido teniendo alguna clase de problema físico a lo largo del torneo, que parcheábamos como malamente podíamos, pero lo de Helena fue un golpe muy duro. Metió un pie en un bache y ¡crack! a pique el portaaviones. Se hizo un esguince de tobillo que la descartaba (aunque se puso cabezona y aún jugó algún punto) para el último partido. Con la moral un poco tocada por la mezcla de ausencia de resultados positivos, las lesiones varias que nos poblaban y la caída de Helena, a la que todos queríamos a rabiar, volvimos de comer para jugar contra Skull Impalers.

Arrasados, seguimos con el último partido, en el que tuvimos que pedir frees a otros equipos para poder completar la plantilla mínima, quedándonos a Raposín y Alex (creo que se llamaba Alex...) de Ragnarök, que suplieron a Óscar y Helena. Resultado final de 11-1, aproximadamente, y fin del torneo para nosotros.


     De izquierda a derecha, Óscar, Lume, Jacobo, Kaín (supermono sin barba él), Helena, Pam, el Ragnarök desconocido (En serio...¿Alex?) y Didak. 

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A Templarios, el Fenrir le supuso muchas cosas. La primera y más importante fue la sensación de que algo fallaba. Cuando a un equipo le invade esa sensación, hay dos formas de canalizarla: hay quien se queda quieto, mirando el infinito, desorientado, y hay quien lo utiliza como una oportunidad. Tomé las riendas de los que estábamos allí y comenzó la primera reforma profunda de Templarios. Junto con Helena, Kaín y Didak, comenzamos a mover las piezas que terminarían por formar lo que es hoy Templarios. Se le dio un toque de atención a Óscar, que prometió ponerse en serio con la capitanía, y dimos inicio a la primera quema: Se invitó a abandonar el equipo a todos aquellos que no pudiesen comprometerse con el mismo, y se establecieron las primeras normas respecto a la asistencia, se mejoraron los canales de comunicación, empezamos a entrenar más en serio y, en definitiva, empezamos a comportarnos como un equipo. También comenzamos a barajar sustitutos para Óscar si no cumplía lo prometido.

En principio, aquello podía parecer suficiente, pero no lo era. Sin embargo, fue el inicio de mucho más. Pasaron los meses de invierno, con todas las desventajas que ello conllevaba (Navidades, exámenes, lluvia+nohaypabellón=campo de casa de Mazi=muerte en lata...), y sin quererlo ni beberlo, estábamos ya en Febrero. Nuestros siguientes objetivos estaban ya marcados: I Jornada de la II Liga de Vigo y I Xabaril Cup, Regional de Galicia, en Santiago.


mércores, 22 de outubro de 2014

Piloto: Los orígenes.

Hace tiempo que quiero hacer esto, mucho, en realidad. Sin embargo, nunca encontrara el formato adecuado en el reducido espacio que deja LCEDLP, medio de referencia del jugger en España. Por eso tardé, antes de dar inicio a este blog, que queda como poco más que una historia que contar desde dentro, un camino que comenzó a andarse un 23 de Septiembre y que, espero, me lleve lejos. Todo lo que aquí publique será mi forma de ver las cosas, no la de mi equipo, no la de mi ciudad, no la de nadie. Mía.

Mi nombre es Lume, y esta es mi historia.
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Mi nombre es Pablo Pereira, aunque en Jugger me conocen como Lume. Llegaré a eso más adelante, así que no pretendo explicarlo ahora. Conocí el jugger hace un par de años, a través de un compañero de clase, Jorge, que lo trajo desde Cantabria. En aquel momento de ignorancia plena (no teníamos ni idea de que había un grupo ya activo de jugger en Vigo), organizamos un pequeño grupo, con idea de instalar el jugger en el CUVI. Aquel grupo llegó a su fin con el espectacular número de cero entrenamientos y la sensación de que no había sido una buena idea, así que me olvidé de aquel deporte que parecía tan flipante. Pero, de nuevo Jorge, nos contactó a principios de Septiembre de 2013 con la idea de montar un equipo. Tenía ya a bastante gente, y algunos de los que estábamos en CUVI Jugger nos apuntamos de cabeza. Así nació Templarios Negros.

Eran finales de Septiembre cuando acudimos por primera vez a entrenar. Recuerdo que, desde el primer momento, quise usar un Q-Tip, así que me hice uno para ese entrenamiento. Alma hecha con una barra de cortina, corchopán y cubierto de cinta aislante fue la receta de aquel arma que duró dos golpes, literalmente, antes de que Didak me la rompiese. Es lo que tiene, las barras de cortina no son la mejor opción. Más adelante, seguí emperrado con el Q-Tip, así que hice otro con una caña bastante mala que volvió a romper, y luego un mandoble que flecteaba a dios y tenía una punta que parecía piedra. Lo normal para un novato, vamos.

Por aquella época, Templarios vivió un crecimiento espectacular. Recuerdo, al menos, a Jorge, Cristian, nuestro capitán Óscar, Didak, Julián, Pingu, Kroot, Eloy, Helena, Kaín, Noceda, Arturo, y algunos más que no llegamos a conocer. Llegó un momento en que Templarios lo componían 15 jugadores, y cada entreno aparecían nuevos. Justo en aquel momento, comenzó la discusión más tensa que hubo en el seno del equipo, debida a un aspecto fundamental: el nombre.

Templarios Negros (para quien no lo sepa) es un nombre sacado de Warhammer 40k. Eso dejaba a mucha gente fuera, porque no tenían ni idea del lore de W40K. Incluso a algunos que sí sabemos del asunto no nos terminaba de gustar, por lo que se determinó votar un nuevo nombre. Al final, el elegido fue Helena y sus Amigas. Y entonces, estalló todo. Discusiones ya cusaciones agrias, gente planteándose marcharse del equipo... con el resultado final del mantenimiento del nombre que no había elegido la mayoría, simplemente por no discutir más.

Templarios parecía abocado al fracaso. Muchos jugadores no venían, Óscar no hacía lo que debía para imponer orden y todo parecía irse a la mierda. Algunos no estábamos cómodos, y fue la primera vez que pronuncié la frase "La única solución para Templarios es pegarle fuego". Octubre avanzó y le siguió Noviembre, acercándose la primera de las fechas clave del equipo: el I Torneo Fenrir, Regional de A Coruña.