La frase con la
que abro esta entrada no es mía. Es decir, soy un frasecitas, y conozco bien el
poder de las consignas, pero sobre todo soy terriblemente pragmático, y se
reconocer una buena frase. Y esta, de mi amiga Martina, es una de las que más
uso, por la enorme variedad de aplicaciones que tiene. Y aquí
estoy, hecho papilla tras la IV Winter Cup - cuyo resumen va a tener que
esperar un poco -, con la única intención de espumear un poco acerca de LA
asignatura pendiente del Jugger: el arbitraje.
Decía que lo que
nada cuesta, nada vale, y lo aplico sin dudar al arbitraje bajo una sencilla
premisa: nadie quiere que le hagan trampas, pero al mismo tiempo, casi nadie
está dispuesto a arbitrar bien. Tengo la
suerte y la desgracia de compartir buena parte de mi vida con Andrés Ferreiro,
una de las personas más nazis con estas cosas que ha parido el territorio de la
FEJ, y eso supone que hemos dedicado horas (y horas, y horas) a valorar este
problema en concreto. Y yo, que siempre fui una persona muy aficionada a
estudiar las sociedades, he dedicado bastante esfuerzo mental al tema del
arbitraje. Resulta que a nadie le gustan las trampas. Llámalas jujas, llámalas
fullas, llámalas cómo quieras. A nadie le gusta que un jugador rival no se
agache cuando le golpeas, a nadie le gusta que un jugador al que pinea se
levante sin respetar la piedra de pineo -animal mitológico por excelencia-, a
nadie le gusta que no se cuenten las piedras, a nadie le gusta nada. Llevo, con
este último, ocho nacionales a mis espaldas, menos que muchos, pero más que la
mayoría, y no recuerdo uno en el que no escuchase quejas del arbitraje. Porque
a nadie le importa que un jugador haga trampas porque hace trampas, le importa
que haga trampas porque queda impune. Y aquí es donde entra el arbitraje. Que
si el arbitraje en España es una mierda, que si vaya árbitros cabrones. Y, ya
de paso, este equipo es de fulleros y toda la pesca. Todos conocemos equipos de
tramposos, y sólo en un instante me vienen muchos nombres a la cabeza. Todos conocemos jugadores tramposos. No voy a entrar en si son o no equipos y jugadores tramposos, pero son equipos y jugadores que
se han ganado una fama por X o Y motivos, muchas veces a raiz de equipos que
perdieron con ellos. Crucificamos socialmente al jugador y al equipo tramposo,
y no pretendo manifestar si esos equipos y jugadores son realmente unos
tramposos o no, sino el hecho de que la comunidad les marca. Putos árbitros y
putos fulleros, en definitiva.
Tendemos a
olvidar que quienes arbitran no son un grupo de élite, especialmente entrenado
para arbitrar Jugger. Tendemos a olvidar que carecemos de un Colegio de
Árbitros adiestrados, imparciales y remunerados. Arbitramos nosotros mismos, y
aquí es donde entra el problema. A la gente se la bufa el arbitraje. Simple y
llanamente. Yo no me doy este viaje para arbitrar, sino para jugar. Así,
arbitrar es algo que te toca, algo que haces a desgana. Llegas al
partido que arbitras, esperas que pase rápido y, mientras tanto, pasas del
tema. En esta Winter he visto de todo, desde árbitros que se pasaban por el
forro la normativa arbitral, cuya diferencia con un cono era inapreciable,
hasta árbitros más pendientes del Verracos-Overlords de al lado que de su
propio partido. Esos árbitros que, estoy convencido, cuando un jugador no se
baja ante un golpe suyo y el árbitro no dice nada, claman al cielo por un buen
arbitraje. ¿Empieza a verse por donde voy?
El arbitraje
tiene un enorme componente de respeto. Un árbitro no arbitra para sí mismo ni
para el torneo, arbitra para los jugadores. Por eso debe estar atento a lo que
arbitra, pues es el garante de que ambos equipos acatan el reglamento que ambos
han aceptado utilizar. Si un árbitro pasa del partido, lo que está haciendo es
faltarle al respeto a sus arbitrados. He visto también a árbitros que se
positivamente que son capaces de arbitrar bien arbitrar de mierda en partidos
"menores", como si no estuviesen a su altura. Quizás esto sea un tema
aparte, pero no quería dejar pasar la ocasión de mencionar que eso es una doble
falta de respeto. Estas cosas no suelen aparecer espontáneamente en la cabeza
de los árbitros, y es un punto importante. El problema no es que un árbitro no
vea algo, no somos perfectos, e incluso los mejores árbitros tienen errores de
percepción, el problema es que la mayor parte de los árbitros no ven porque no
quieren ver, o ven y aplican lo que quieren porque ni se han leído el reglamento.
Todos queremos respeto, pero pocos estamos dispuestos a respetar.
Hace algo más de
un año, mi equipo de entonces, Templarios Negros, empezó a sugerencia mía a
entrenar arbitraje. Era un buen momento, en Vigo éramos cuatro o cinco equipos,
jugábamos a campo único y teníamos descansos. Me pareció que era buena idea
que, en lugar de descansar, entrenásemos arbitraje, y ese fue el inicio del
modelo vigués de entreno con cinco árbitros. Esa idea, en principio egoísta,
caló entre el resto de equipos y llegó a ser una costumbre, hasta el punto de
que, a día de hoy, si no tenemos jugadores suficientes para dos equipos y
cuerpo arbitral, Vigo no juega partidos. Y es duro, no lo niego, pero
necesario, porque el arbitraje no se aprende por ósmosis. El arbitraje hay que
enseñarlo y hay que practicarlo. A base de machacar a la gente en ese sentido,
a base de tener siempre cinco árbitros en el campo, la gente se acostumbra a
jugar con árbitros, lo que limita la sistematización de las trampas (si yo hago
una trampa y no me la pillan, inconscientemente asumo que es algo que puedo
hacer) y hace que la gente aprenda a arbitrar. No es un sistema perfecto, pero
es lo mejor que se puede hacer con lo que tenemos. Veo con pavor cómo en muchos
núcleos se entrena sólo con árbitro cuentapiedras, y cada vez menos, ante el
auge de las piedras automáticas. Cada vez entrenamos menos arbitraje, y por eso
cada vez arbitramos peor.
Me gustaría
terminar esta entrada con una pequeña reflexión. Yo no soy un buen árbitro. Me
cuesta decidir en según qué momentos, hay situaciones que me rebasan. Hay
jugadores que me imponen y me pongo nervioso al arbitrarles, aunque no sea
culpa suya y acepten sin problema lo que les diga. Tengo errores de percepción,
errores de colocación, una enorme dificultad para recordar detalles (yo puedo
ver que esa cadena que creías haber parado te ha dado, pero al final del punto
seguramente no me acuerde de donde exactamente). Y, sin embargo, para España
soy de lo mejorcito que te puede tocar como árbitro por el simple hecho de que
arbitro con la cabeza en el partido aunque al lado esté jugándose el partido al
que más ganas le tengo del torneo. Mejor no significa bueno, y un sitio en el
que resulto ser de los mejores árbitros es un sitio en el que el arbitraje es
una vergüenza.
Finalmente, y
esta vez sí es verdad, me gustaría que esta entrada fuese leída y comentada. No
por los laiks ni las lecturas, no por el dinero que no voy a recibir porque no
tengo publicidad en el blog, no por incrementar la popularidad de un blog que
escribo por mí y no por el resto. Me gustaría que se leyese esta entrada y se
pensase un poco a qué me refiero. Creo que no es difícil ver que el problema
existe y que es responsabilidad de cada uno hacer su parte. No mía, no de las
organizaciones, no de la Federación. El
cambio que todo el mundo pide no llegará hasta que cada jugador cambie él
mismo.
NdA: Debido a varias quejas ante la cita de equipos y jugadores, quisiera manifestar que se me ocurría una lista mayor de equipos y jugadores, pero elegí a aquellos con los que no había tenido problemas personalmente, precisamente porque no pretendía aprovechar esta entrada para lanzarle pullas a alguien con quien tuve problemas. Pensé, y parece claro que me equivocaba, que quedaba claro que mi intención era ponerlos como ejemplo de equipos y jugadores que ganaban fama de algo, no necesariamente de que lo fueran. No consideré que fuese ofensivo, más al contrario, pues creo que la redacción del post era hasta amable con esos equipos y jugadores. No obstante, este blog no tiene en ningún caso intención de ofender, de modo que, al sentirse ofendidos parte de los citados, edité la mención expresa a equipos y jugadores.