venres, 3 de abril de 2015

De paseo por Murcia: III Winter Cup

Como lo prometido es deuda, voy a hacer un resumen de esta III Winter Cup, Torneo Nacional de Murcia.

El viaje empezó el viernes de mañana (muy de mañana). Viaje en tren, 13 horas menos eternas gracias a la buena compañía de Jessi y Kiliak, con algún enganchón con un hipsta de la vida, y de pronto estábamos en Mordor, que por tener tiene hasta su propia Barad-Dûr Murcia, donde ya estaba Alex para darnos una vuelta por la comunidad autónoma antes de llegar al pabellón. Cada vez resulta más difícil llegar rápido a destino en el propio lugar, a base de personas a las que saludar, a decir verdad, cada dos pasos, alguien a quien abrazar, otros dos pasos y vuelta a empezar. Es lo grande de esto.



A pesar de que me parecía que llegábamos tardísimo, más aún tardaban los gallegos que venían en bus, de modo que tuve tiempo de sobra para saludar a cuanta gente tenía que hacerlo mientras llegaban. A su llegada, saludos, más abrazos y a toda hostia a coger sitio en el que dormir. La Winter fue el primer torneo en el que la bandera sueva salía de Vigo, y por las noches marcó el trozo de pared que Galicia conquistaba para montar su campamento base.

Esa misma noche, armados con la garrafa de Sangre de Orko (precioso y delicioso brebaje que conseguí que fuese negro con toques verdosos), mi equipo y yo nos dispusimos a dar la bienvenida al mismo a los dos freelances que habíamos fichado para la ocasión: Cée de Trenckos y Perchita, hermano de Kroot, de Dora's Fury. Tras el consiguiente ritual, bebida incluida, comenzamos a analizar a nuestros rivales: Tercios (¿Esos quienes son? Deben ser nuevos, no les conoce ni el tato...), Ravens, Feedbacks, Tribu Mahud y Hellfire. Por supuesto, poco pudimos sacar en claro, pero ubicamos (creo que acertadamente) a los equipos según su nivel respecto al nuestro. Terminada la introducción, nos fuimos de farra hasta el alba nos fuimos a la cama, pensando ya en cómo íbamos a afrontar el día siguiente.



El primer partido lo abrimos contra Tercios, encajando una abultadísima derrota. Algunos teníamos algo de miedo por este partido, personalmente Tercios nunca fue un equipo que me gustase y, en ocasiones, ciertas cosas que hicieron en el campo no me gustaron. Sin embargo, nos dieron un partido bonito y agradable, evidentemente tranquilo por su parte, pero con la sensación de respeto que algunos equipos grandes no tienen hacia los pequeños. Por destacar algo por encima del resto, me marcaron las pedradas que soltaba Garnés, que no es que tire fuerte (al menos sus golpes no duelen), pero el arma te la barre que da gloria. Y los apoyos... Ranjo puede no ser el Q-Tip que quiero ser de mayor, pero sin duda es el escolta que quiero ser de mayor. 22-1 de final y a pensar en el siguiente partido, contra Feedbacks.

El de Feedbacks fue un partido amargo para mí, porque nuestros niveles eran parejos pero tiramos el partido. Los partidos igualados con bajas puntuaciones es lo que tienen, cometes dos errores tontos (literalmente) y, de pronto, el rival te saca cuatro puntos. Un 8-4 amarguísimo, ya digo, que me hizo perder por primera vez los nervios, cometiendo una falta de deportividad que, si bien ni los árbitros ni mis compañeros decidieron sancionar finalmente, sí me avergüenza haber cometido y me hizo plantearme seriamente las cosas. Tercer partido contra los valencianos, tercera derrota, espero romper el gafe a la siguiente.

Tras esta derrota, tocaba el turno de Hellfire, equipo murciano que no nos dio grandes problemas. Jugando de un modo más ofensivo y mejorando los apoyos, conseguimos alcanzar un 9-2 que nos hacía soñar con la clasificación.

A continuacion, Ravens, en el que fue uno de los partidos más extraños de mi vida. Nos planteamos un partido para disfrutar y aprender, y ciertamente fue así. A pesar de ello, dos golpes que no noté (al menos uno de ellos con la bola de la cadena en la planta del pie) supusieron dos graves, teniendo que decirle al árbitro que si era grave, estaba fuera. Primera expulsión de mi vida, no inmerecida, pero sí absurda, porque no tenía sentido hacer faltas en un partido que ni nos planteábamos disputar, algo que quise explicarle más tarde a Ravens en persona. Los valencianos se mostraron comprensivos, algo que agradezco, dado que es un equipo al que tengo un cierto cariño desde la Summer. 11-2 de final.

Por los demás cruces, el partido de Tribu era importantísimo: si ganábamos, Tribu, Feedbacks y nosotros mismos formábamos una tríada empatada a puntos por dos puestos. Si perdíamos, estábamos penúltimos de grupo y con posibilidades de no jugar al día siguiente. Salimos a por todas, tras cantar A Rianxeira a pleno pulmón, pero los cartageneros plantearon mejor su partido. Nuestros niveles, de nuevo, no distaban, pero los de púrpura plantaron una línea muy sólida y terminaron por llevarse el partido por 7-4. Magnífico ambiente, muy buen rollo y deseando repetir contra ellos.

Terminado el día, nos inscribimos para el "Torneo de Remancos", que determinaría las posiciones desde la 33 a la 47.


 


El Domingo abríamos contra Monster Jugger, combinado en el que jugaba un viejo conocido como Fauces. Partido profundamente desagradable, que me hizo perder los nervios con el arbitraje (dos cambios arbitrales no es un partido normal), pero que nos llevamos con claridad por 7-2. Tras este partido, nos tocó contra Northwest Wolves. Los coruñeses venían tocados, pero el final de torneo se notaba, y nosotros no nos quedábamos atrás, con Kaín tocado de la cadera. Para más inri, yo, que llevaba sin romper todo el torneo, pisé mal y me hice una quemadura en el talón que me borró del partido. 7-3 para los lobos, partido bonito y con buen rollo, y puesto indeterminado para nosotros que cristalizó en un 38º al decidir la organización no contabilizar de ningún modo el inconcluso Torneo de Remancos.




Paralelamente, quiero destacar a unos enormes Valar Morghulis que, con sólo cinco jugadores (Pardo se lesionó) alcanzaron el 10º puesto, con partidazos como el de Ciponejos. Sois un orgullo, no me canso de decirlo. Mereció la pena dejarme la voz por animaros. También al conjunto de Jugger Galicia que demostró que, de Piedrafita pa' fuera, somos una piña acojonante y constituyeron gran parte del buen rollo que sentí en el torneo.

Finalmente, a nivel personal, he de decir que la Atun quedó atrás. Desde que cambié de arma, me fui sintiendo más y más a gusto, y la Winter fue una prueba magnífica de ello. El camino es largo, y queda mucho por recorrer, pero al menos me siento satisfecho. Por otro lado, sigue siendo un placer encontrarse con viejos amigos, hacerlos nuevos y sentirse como en casa en cualquier punto de la península en el que alguien enarbole un palo.

Gracias a todos.

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