sábado, 8 de novembro de 2014

La vuelta al cole: II Cementery Cup.

En esta entrada, voy a hacer una serie de omisiones a hechos que ocurrieron durante el torneo y que, en definitiva, supusieron que no fuese precisamente algo para recordar. Queda avisado de antemano. Quien tenga curiosidad, puede preguntarme directamente, si le apetece, y yo veré si me apetece contárselo o no. Allá vamos.


Llegó Septiembre y, con él, el esperado reencuentro. Pronto estuvimos todos ya en Vigo, y sólo nos faltaba Helena, nuestra Mariscala, que se había trasladado a Coruña. Mientras nos organizábamos para la V Atun Cup, en la que ya nos habíamos inscrito, Santiago convocó la II Cementery Cup. Hubo algunas discusiones respecto a jugar en Bonaval, en un cementerio, algo que a mí siempre me pareció super épico, pero a pesar de ello, se mantuvo la elección. Con la Atun tan cerca, no conseguimos mover gente suficiente, de modo que Helena y yo fuimos los únicos Templarios en el torneo. Habiendo recibido ofertas de Ghost Division y Blood Axes (un mix de frees), nos decantamos por los últimos, formando equipo con Hans y Raposín, de Ragnarök, Miguel, un chaval de Coruña, Freaky, de EFS, y Jessi, que ya jugara con nosotros el Rianxeira. Conformaban nuestro grupo Ethereal Soul, de Vigo, Corvos y Geek and Destroy, de Coruña.

A pesar de las ganas que tenía, estaba acojonado de romper. Y no sólo, dos días antes, estando mis padres de visita, por poco nos la pegamos con el coche, y no parecía que fuese a arreglarse rápido. Todas esas cosas se iban sumando y no parecía que fuese a poder acudir. No obstante, finalmente todo se arregló, me atreví a pesar de tener enseguida la Atun, y el Domingo pusimos rumbo a Santiago. Finalmente no jugaríamos en el Bonaval, sino en el mismo campo que la Xabaril, lo cual me dio pena a mí y creo que a nadie más.

Tras la llegada, abrazos y reencuentros con mi capitana, armas que no pasaban y terminaron por pasar y, en fin, todo eso que sucede al principio de cualquier torneo. Y, de pronto, a jugar. Abríamos contra Geek, consiguiendo imponernos con tranquilidad, pues salimos bastante prendidos y ello estaban fríos aún. Tras esto, jugamos contra Ethereal Soul, con una cómoda victoria y un partido de muy buen rollo. Cerramos el grupo contra Corvos, perdiendo de bastante. Los coruñeses no es sólo que sean buenos de por sí y tuviesen buenos frees, es que iban motivadísimos, y cuando Corvos se pone, se pone de verdad. Quedábamos entonces de segundos de grupo, y eso significaba que nos tocaba jugar contra The High Codex, mix de los equipos santiagueses Codex y THC los cuartos de final.

El partido contra THC fue muchas cosas, pero bonito, desde luego, no. Movidas, discusiones arbitrales eternas... nunca soporté especialmente esos partidos en los que, entre puntos, pasan cinco minutos de discusiones con los árbitros. Al final, nos llevamos el partido y a semis, donde Trenckos nos esperaba.

Trenckos es... Trenckos. ¿Qué voy a decir de ellos? Se reforzaron muy bien en verano, y consiguieron dominar el que estaba siendo su mayor problema: la falta de confianza ante la adversidad. Su partido contra Northwest Wolves, en que empezaron perdiendo de bastante para terminar ganando les había dado confianza, iban con una motivación impresionante. Nosotros, por nuestra parte, empezábamos a notar el cansancio, y su empuje nos pilló por sorpresa. Merecidísima victoria de los de verde, que pasaban a la final, que disputarían contra Corvos, mientras que nosotros disputaríamos el tercer y cuarto puesto contra Geek and Destroy.

El partido de Geek fue... bueno, no fue bonito tampoco. En primer lugar, porque Geek llevaba consigo a Corvos&Co que les animaron todo el partido, algo que nos comió mucho la moral. En segundo lugar, porque fue, a diferencia del primer partido contra ellos, algo más del estilo del partido contra THC, con quejas y reclamaciones continuas. A pesar de ello, nada justifica el modo en que salimos, confiados en que Geek iban a ser los mismos de la mañana. Fue un error enorme por nuestra parte, dado que, si nosotros habíamos ido perdiendo fuelle a lo largo del día, a Geek le había sucedido lo contrario, y ahora venían en la llama, decididos a ganar el partido. A pesar de ello, fue un partido ajustado, pero terminaron por llevárselo, dejándonos a nosotros el cuarto puesto.


La final, por su parte, se la llevaron unos enormes Corvos en un partido intenso, con puntazos increíbles, en el cual los hooligans (que no merecíamos otro calificativo) de Corvos y Trenckos nos dejamos la voz animándoles y caldeando el ambiente. Una final digna de la de un Nacional en cuanto a ambiente.

Volvimos, pues, a casa, con un regusto agridulce, como dije (más dulce que agri, ¿qué carallo? Era un torneo de jugger, con eso nos sobraba). Pero no había mucho tiempo para quejas ni lamentaciones, pues menos de una semana después cogeríamos el tren que nos llevaría hasta Madrid, para disputar el torneo más grande de cuantos se disputaron hasta la fecha en España: la V Atun Cup.

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